Último adiós a la actriz Guadalupe Bocanegra

La artista participó en espectáculos de repertorios clásicos y contemporáneos en México y Europa; en Xalapa fue precursora del cabaret burlesque

Maribel Sánchez

  · jueves 20 de junio de 2019

Foto: Cortesía 

La actriz mexicana Guadalupe Bocanegra, quien fincó su residencia en París, Francia, desde hace cerca de tres décadas, falleció de cáncer el pasado martes a la edad de 63 años. En las redes sociales, la comunidad teatral veracruzana lamentó la partida de quien se desempeñó en Xalapa como docente, actriz y, más recientemente, como precursora del nuevo cabaret burlesque.

Bocanegra, aunque decidió vivir en Francia, jamás olvidó sus orígenes. En entrevistas concedidas a Diario de Xalapa, explicaba que si volvía constantemente a la ciudad era porque tenía familia y amigos, pero también por su amor a las tradiciones populares mexicanas, las cuales incluso la inspiraron para crear números artísticos en Europa.

LINAJE ARTÍSTICO

Originaria de Chihuahua, fue hija de la vedete Lina López y de Roberto Nájera, uno de los primeros ingenieros de la radio. Sobrina del reconocido fotógrafo Nacho López y la bailarina Rocío Sagaón, su infancia transcurrió al lado de una familia de artistas de la época de oro del cine mexicano.

Fiel a la vocación familiar, Guadalupe Bocanegra se interesó por las artes escénicas y se convirtió en egresada de la primera generación de la Facultad de Teatro de la Universidad Veracruzana. Fue parte del primer elenco artístico de la Organización Teatral de la misma entidad educativa.

Caracterizada por una búsqueda constante de superación profesional, realizó diplomados en clown, máscaras de la comedia del arte, maquillaje, narración oral y diseño gráfico. Hizo una maestría en Estudios Teatrales por la Universidad de La Sorbona, donde además logró ampliar sus conocimientos de la corporalidad.

La ganadora del Premio Especial de Jurado en el Concurso de "Miss Burlesque", en el Festival Burlesque de París, destacó también como docente, con talleres y cursos en distintas partes de México y el extranjero. Además del teatro, incursionó en el modelaje, el cine y la gestoría cultural.

Como actriz, afirmaba que en su vida había papeles trascendentales: la novia rumbera en La Boda de Brecht, la condesa Estela en Lanzas de amor y fortuna de Calderón de la Barca, Elena en Si bien acaba, bien de Shakespeare, así como Frida en Viva la Frida Kahlo, que con dirección de Enrique Pineda y apoyo de la Universidad Veracruzana mantuvo vigente durante diez años, con presentaciones en festivales internacionales.

Ella, con una gran sonrisa, recordaba especialmente esta última puesta en escena: “Era muy divertido porque además de mi buen tequila, siempre estaba acompañada de la calaca, tilica y flaca...”.

Mujer de brillos y lentejuelas, sus semillas sembradas rinden ya frutos en jóvenes de diferentes partes de México; algunas de ellas ya siguen sus pasos, como Teresa Rugo, actriz de Nanchital que desde París comparte que su maestra se fue “con una sonrisa y la frente en alto”.