GUADALAJARA. Los hechos ocurridos en Guatemala, en 1954, donde el golpe militar perpetrado por Carlos Castillo Armas y auspiciado por Estados Unidos a través de la CIA derrocó el gobierno de Jacobo Árbenz, motivó a Mario Vargas Llosa a escribir su reciente novela Tiempos recios y a no traicionar su estilo de recrear historias con tintes políticos.
El escritor de origen peruano y nacionalizado español, es una de las figuras centrales de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara (FIL) y entre sus actividades estuvo la presentación ante la prensa de la mencionada publicación de editorial Alfaguara.
Bajo la consigna de “sólo preguntas sobre la novela”, lo primero fue una disertación del autor de Los cachorros, sobre lo que originó Tiempos recios, una trama de conspiraciones internacionales e intereses encontrados, en los años de la Guerra Fría.
Los entretelones del suceso despertaron el interés del Premio Nobel de Literatura 2010. “Esta es una historia maravillosa, estimulante para un novelista, un caso clarísimo que la irrealidad remplaza a la realidad, como suele ocurrir en las novelas más exitosas”.
Habló a título personal, “En mi caso, hay situaciones que me estimulan muchísimo, que a otros novelistas les serían completamente indiferentes, pero el caso de Guatemala me resultó así, porque yo escribo novelas que son más realistas que fantásticas, aunque como lector me gustan, pero no escribirlas, porque no van con mi personalidad, ni con mi temperamento”.
Precisó: “Me interesa mucho el tema de la política en la manera en que afecta a una sociedad, digamos. Tiempos recios es una historia que me obligó a trabajar. Yo no conocía Guatemala, más que como turista y después me adentré a su realidad”.
El reconocido escritor, referente del boom de la novela Latinoamericana, manifestó que cuando hace una novela de esta índole: “No busco encontrar una verdad, creo que esa no es la finalidad, la intención es que sea lo suficientemente atractiva para los lectores, qué a través de la ficción, encuentren una cierta verdad que le sirva”.
Destacó que la función de las narraciones noveladas es no decir verdades, sin embargo, Mario Vagas Llosa consideró que hablar de hechos históricos se debe hacer con responsabilidad: “Se debe ser muy cuidadoso, no se puede contradecir la historia de una manera brutal, sin crear en los lectores una incredulidad fundamental, si una novela miente de una manera descarada, eso crea incredulidad en los lectores”
Y agregó: ”Entonces hay que hacerlo de una manera cuidadosa, delicada, indirecta y eso estoy seguro que lo hago yo en las novelas que escribo, incluso en las históricas”.
En ese sentido, el autor de Pantaleón y las visitadoras, reveló como entreteje la ficción con la verdad: “Las transformaciones son más en cuestiones de superficie, de detalle de personajes, los invento, a algunos históricos les cambio nombre, les añado, les agrego anécdotas. Creo que hechas las sumas y las restas esos libros vasados en historias son guiones”.
Vargas Llosa reconoció que Tiempos recios es una novela vinculada con La fiesta del chivo, en su contexto y en la aparición en ambas historias de Rafael Leónidas Trujillo y mencionó que aún quedan muchas incógnitas que resolver en esta historia.
El escritor concluyó, que no se sabe o sabrá cual fue la implicación del dictador dominicano en el asesinato de Castillo Armas, “quizá la persona que los sabe, su amante, va a morir sin decirlo. Ella escapó con el asesino favorito de Trujillo la noche que lo matan. Nunca ha hablado, ni hablará al respecto”.