Originario del Continente Americano, su uso data de hace miles de años por los nativos originales de estas tierras. Con la invasión de los españoles fue llevado a Europa por órdenes de Felipe II en el siglo XVI, las semillas se sembraron en una región cerca de Toledo llamada cigarral por la cantidad de cigarras que habitaban el área. Su uso y fama se propagó desde Portugal a todo el continente pasando por Francia donde era usado en la Corte por sus propiedades medicinales. El botánico español Carolus Clusius aseguró en 1574 que el tabaco era un remedio universal para todo tipo de enfermedades.

En América precolombina el uso de esta hoja se asociaba a la vida cultural y religiosa de los pueblos originarios. Se fumaba, se aspiraba por la nariz en forma de singada (hojas maceradas en líquidos), se lamía, se comía, se masticaba, se bebía, se utilizaba en gotas y enemas, y se frotaba en el cuerpo como terapia; los curanderos solían aliviar dolores de cabeza, catarros y úlceras entre otros padecimientos. En los rituales se soplaba en la cara de los guerreros antes de una lucha, lo esparcían en los campos antes de la siembra, en las mujeres antes de una relación sexual y era utilizado por hombres y mujeres como narcótico.

Fray Bartolomé de las Casas en su obra Historia de las Indias, escribe acerca del descubrimiento del tabaco por los primeros navegantes que llegaron con Cristóbal Colón, donde menciona la importancia del tabaco en la vida cotidiana indígena, en su misticismo, en su medicina y en su esparcimiento.

La costumbre de fumar fue llevada hacia el viejo mundo por los marinos y exploradores que lo difundieron al regreso de sus viajes, adoptándose por muchos países y así su siembra se extendió por casi todo el mundo.

En los primeros años del siglo XX se empieza a hablar acerca de los efectos nocivos del tabaco, hoy en día ya no hay dudas acerca de los graves daños que produce en el organismo, es el principal causante de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y cáncer. El tabaquismo es la primera causa de muerte prevenible en el mundo según la OMS, afecta tanto a quienes fuman como a quienes están cerca llamados “fumadores pasivos”; la nicotina empieza a dañar el cuerpo desde el primer momento en que se fuma, es sumamente adictiva por lo que se crea una fuerte dependencia.

Daña los aparatos broncopulmonar y cardiovascular: cáncer en pulmones, laringe, aparato urinario y órganos digestivos; efectos en la mucosa oral como gingivitis y periodontitis; aumenta el riesgo de padecer enfisema, bronquitis y úlcera péptica, arteriosclerosis coronaria, cerebral y arterial; agrava la intensidad, la frecuencia y el ritmo del asma. Causa arrugas por la degradación de las fibras elásticas de la piel, mal aliento, tos cerosa, flemas y manchas amarillentas en los dientes.

Las mujeres embarazadas que fuman pasan la nicotina directamente al feto provocando menor peso al nacer, riesgo de muerte para el bebé y problemas en sus aparatos respiratorio, cardiovascular e inmunológico. Cuando se deja de fumar definitivamente los pulmones necesitan aproximadamente diez años para limpiarse.

El 17 de mayo de 1989 la OMS resolvió que cada 31 de mayo sea el Día Mundial sin Tabaco.