La Catrina o conocida en sus principios como la "calavera garbancera", para muchos representa "la muerte mexicana". Es una figura creada por José Guadalupe Posada y bautizada por el muralista Diego Rivera.
La historia de La Catrina empieza durante los gobiernos de Benito Juárez, Sebastián Lerdo de Tejada y Porfirio Díaz, periodos en donde se empezaron a popularizar textos escritos por la clase media que criticaban la situación del país y a las clases privilegiadas.
Eran reproducidos en los periódicos llamados "de combate".
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Estos escritos eran redactados de manera burlona y se acompañaban de dibujos de esqueletos y calaveras vestidas con ropas de gala, bebiendo pulque, en fiestas de la alta sociedad o de un barrio, para retratar la miseria, la política, y la hipocresía social.
En el país la tradición de reproducirla en imágenes, desfiles y artesanías, sigue vigente al paso de los años.
Guanajuato
En León, Guanajuato, no ha sido la excepción al aparecer las imágenes de catrinas y desfile por las calles de la ciudad.
La catrina sigue siendo parte del folclor mexicano, en donde se representa la muerte como la bella mujer mexicana que existe en el hogar de cada uno de nosotros.
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Oaxaca
Por Victor Castillo
Un escenario a media luz, adornado con flores de cempasúchil; una banda filarmónica y un coro. De pronto, un hombre irrumpe en el escenario haciendo una petición particular que inicia en monólogo; luego desaparece. El Teatro Zaachila 600 Años se cimbra y de uno de los costados, retumba la voz poderosa de La Catrina, un ser calavérico animado por la cantante Alejandra Robles “La Morena”, que con los primeros acordes de “La Llorona”, son istmeño que motiva los primeros aplausos, arranca formalmente la puesta en escena.
Así inició la noche del sábado el espectáculo multidisciplinario “La Catrina”, bajo la dirección de Noel Suàstegui; producción que involucra un montaje musical, dancístico y canto donde participan màs de 100 personas y que encuentra en la cantante Alejandra Robles, su voz principal.
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La historia muestra, durante poco más de una hora de interpretaciones musicales e intervenciones teatrales, el dolor de una madre que se niega a aceptar la muerte de su hija, quien falleció trágicamente algún tiempo atrás y de quien no pudo despedirse.
Es ahí donde a través de una narración surrealista, es la Catrina quien le permite verla por última vez; narración que el público espectador puede apreciar a través de una emotiva combinación de piezas vinculadas a la muerte como “La Martiniana”, “La última Palabra”, “La Bruja”, “Amor Eterno” y “Dios Nunca Muere”, entre otras más.
