En Xalapa pareciera que la gente no quiera pagar por el arte, pues se tiene la idea de que debe ser gratis o que se trata de un hobby, considera Valeria Espinosa del ensamble interdisciplinario “Viola de Danza”.
En su opinión, es necesario involucrarse en la parte social y analizar qué es necesario hacer para que funcione y qué se debe trabajar para que el arte sea considerado un trabajo que requiere de una remuneración.
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Además, refiere que la vida digital acapara la atención y el tiempo y es una distracción importante, por lo que no permite escuchar las necesidades espirituales y psicológicas vinculadas a la manifestación artísticas y la creatividad.
Aunado a ello, considera Frida bailarina y fundadora de las Academias Copili y Piccolina Pirouette, en la ciudad, la población no está acostumbrada a consumir a los bailarines profesionales, lo que provoca que quien se gradúa de la facultad de danza tenga que buscar un lugar fuera del estado donde desarrollarse profesionalmente.
“Hay muchas escuelas de ballet y la gente aquí en Xalapa cree que eso es el ballet y creo que es momento de que no dejemos ir a los talentos que salen de la facultad de danza y como yo, nos hicimos de manera independiente, sino que la gente aquí en Xalapa conozca esos bailarines y la intención de mi grupo es algún día llegar a ser la compañía de ballet del municipio, ojalá del estado, es mi sueño, pero involucrando talentos de aquí”, agregó.
¿Cómo nació Viola de Danza?
Desde hace cerca de 10 años, Valeria Espinosa, violista y Frida Cortés, bailarina de ballet, iniciaron con el ensamble “Viola de Danza”, un nombre simbólico que hace referencia al instrumento que al mismo tiempo representa un mensaje o una voz particular y al movimiento.
Se trata de un proyecto interdisciplinario puesto que están trabajando juntos diversos discursos artísticos teniendo como núcleo la música.
“A partir de la propuesta musical, ya sea una obra para instrumento solo, puede ser obra digamos en un formato de concierto, el núcleo parte desde la construcción musical y con ello agregamos otro discurso escénico que puede ser danza o sea el movimiento, puede ser teatro e incluso literatura, estamos también trabajando con el lenguaje literario”, explica Valeria.
Viola de Danza lleva varios años germinándose con algunas intervenciones de literatura y música, por lo que han hecho algunas conferencias de concierto con literatura, presentaciones de filosofía y música.
Explica que, si bien esto les ha llevado un par de años, a partir del pasado, pudieron concretarlo escénicamente porque lograron trabajar con una compañía de ballet del estado de México y con la compañía de Teatro del Estado de México en una universidad y poco a poco ha ido definiéndose con varios artistas escénicos y visuales lo que ha funcionado de manera itinerante.
Recordó que, en el marco del Día Internacional de la Danza de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), el pasado sábado 29 de abril, Viola de Danza participó con la puesta en escena de “Giselle, más allá del amor romántico”.
“Que tiene esta perspectiva más integral, no solo como un ballet clásico o un personaje clásico que representa los mismos ideales como del siglo XIX sino como tomar la esencia de ese personaje que representa libertad y un idealismo heroico en un contexto actual que está relacionado con al empoderamiento femenino, al feminismo activo y a las propuestas artísticas como una manera de involucrarse socialmente en el pensamiento”.
¿En qué proyectos participarán?
Ahora, el próximo 9 de septiembre en el Teatro del Estado tendrán además una presentación como parte del Encuentro Escénico Veracruz organizado por el Instituto Veracruzano de la Cultura (IVEC).
La propuesta es también interdisciplinaria basada en un cuento de la escritora Elena Garro, dramaturga y precursora del realismo mágico: La Semana de Colores.
Frida Cortés explicó que ella es la creadora de la parte coreográfica y que buscan no solo ver al ballet como una técnica fija y que no evoluciona, sino que tiene movimientos libres, algunos elementos de danza contemporánea y que no significa “que no sea ballet”.
“Todos los bailarines que vamos a estar ahorita en este proyecto de la semana de colores, todos somos de Xalapa, y es lo que nos interesa dar a conocer que es talento xalapeño que está yendo a Ciudad de México y que ahora está tratando de que se acerque más su público a su ballet musical”.
Frida es hija de bailarines, su mamá bailó para el ballet de la Universidad Veracruzana 30 años y ella decidió involucrarse al mundo del ballet a los 18 años y aunque nunca pensó llegar a ser bailarina profesional, la llamó el hecho de estudiar lo que la técnica hace con el cuerpo.
El ballet es completamente anatómico, entonces eso fue lo que me voló la cabeza, estudiar el ballet desde ese punto de vista de la anatomía y ver todo lo que hace con el cuerpo.
En el caso de Valeria, aunque en su familia nadie se ha dedicado a la música siempre ha sido muy apreciada, la escuchan, valoran y disfrutan y eso lo significó todo para ella.
“La música es muy noble y te da para mucho, hay música para bailar, para cantar, para historias, para todo, creo que es algo muy especial y más bien ha sido mi camino y a partir de ella va saliendo la viola, estudié la carrera, la mitad en la facultad de Música de la UV y la otra mitad en la facultad de la UNAM y me gusta mucho la producción musical, los géneros como electrónica, la música experimental, la música contemporánea y estar explorando varios campos de la música”.