Esta vez los viejos Lobos de la UV no se reunieron para cazarcomo en antaño, que cada vez que salían al emparrillado era paradevorar a sus rivales, ahora lo hicieron para festejar 47 años devida, de historia y de gloria.
En una de las canchas la Unidad Deportiva Universitaria la“manada sagrada” conmemoró casi cinco décadas de unprodigioso futbol americano que le dio brillo y renombre a unrepresentativo de nuestra máxima casa de estudios.
Eran otros tiempos, otras épocas, pero las mismas personas,aquellas que a pesar de contar con un precario material,conquistaron el título de la Liga del Centro. “Esta reunión esun hecho insólito porque recordamos nuestros inicios dentro deeste formidable deporte. Llegaron a nuestras mentes el padreThomas, nuestro primer entrenador, así como Jorge Correa Erazo,quienes nos condujeron a las máximas glorias del emparrillado”,digo un entusiasta Jorge Alberto Castropola, integrante del equipoconvertido en leyenda.
Así también vimos en el escenario deportivo a elementos comoGuillermo Cházaro Rodolfo Pineda, Julio Cobos, Gabriel “elFlaco” Acosta, “Micky” Rufus, Guillermo Bouzas, CarlosLechuga, Jorge Correa y Jaime Erizweigh, así como Víctor y JorgeCastropola, entre otros.
Tras el encuentro amistoso, cuyo resultado fue sólo unaestadística más, los exjugadores se dirigieron al fraccionamientoLas Ánimas para compartir el pan y la sal, además de recordarviejos tiempos y aquellos sucesos que se quedaron grabados en susmentes y que quedarán marcados para siempre como una huellaimposible de borrar.
“Recordamos momentos de gloria de este equipo y de un deportecomo lo es el futbol americano, que deja huella en todas las mentesde los deportistas como ningún otro deporte lo puede hacer.Vivimos entrañables momentos a la espera de que el próximo año,si Dios quiere, nos volvamos a reunir”, concluyó Jorge AlbertoCastropola, uno de los principales responsables de este reencuentrode grandes jugadores, pero sobre todo de grandes amigos yhermanos.