VERACRUZ, Ver.- América necesitaba los tres puntos forzosamente para pensar en mejorar su posición en la tabla general y cumplió. Los goles de Martínez y Castillo le dieron un triunfo importante por 0-2, aunque su exhibición en el campo dejó mucho que desear.
El campeón se vio sobrado en el puerto. Por grandes lapsos consintió a un Veracruz que lo puso en aprietos, y de no ser por Marchesín, pudo sacarle un susto mayúsculo, mismo que no llegó. Los Tiburones se despidieron sin una sola victoria del torneo.
El verdadero torneo empieza ahora para los azulcremas. En la liguilla no habrá espacio para excesos de confianza.
EL JUEGO
La escala final en el vuelo de las Águilas rumbo a la liguilla fue en Veracruz. El puerto jarocho tuvo su última noche de Primera División —si es que no pagan por la permanencia— y el “Pirata” Fuente se vistió de gala con un lleno pletórico que dejó de manifiesto que esta plaza es de máximo circuito.
En el campo, América tenía la urgencia de puntos y goles para aspirar a mejorar su posición en la tabla general. Muy rápido lanzaron el primer arpón para pescar al Tiburón. Roger Martínez aprovechó un titubeo de la zaga escuala en una pelota parada, recibió en el área chica y disparó cruzado, casi a quemarropa de Jurado. ¡Gol del campeón!
Por lo tempranero de la anotación, se vislumbraba que una goleada pudiera fraguarse pronto, pero no fue así. El “Tibu” le puso amor propio a la situación y le plantó cara a la visita. Con sus limitaciones por la diferencia de planteles, Veracruz intentó ofender y logró disparar un par de veces a gol al grado de que la zaga crema se tuvo que revolver para evitar que le hicieran daño.
De a poco, los de Coapa sometieron a los jarochos, pero se mostraban chatos en su ataque. La generación de peligro fue prácticamente nula ante la defensiva más goleada de la temporada y tuvieron que conformarse con una ventaja por la mínima para irse al descanso.
Como si se tratara del juego que les diera la permanencia, los Tiburones salieron al complemento sin ataduras y tocaron la puerta de Marchesín una y otra vez, al grado de convertir al argentino en la figura del encuentro debido a sus intervenciones. Fueron, al menos, tres claras en las que el pampero le sacó las papas del fuego a su escuadra, y como dicen que los goles que no hagas los verás hacer, los del puerto pagaron caro no concretar las que tuvieron.
Oribe Peralta tuvo un regreso con el pie derecho y la fortuna de su parte. Un tiro descompuesto suyo le cayó a un desmarcado Nicolás Castillo. El chileno tuvo tiempo y espacio, levantó la cara y colocó el esférico a segundo poste, lejos de Jurado. 0-2 y un tanque de oxígeno para un América que había sido superado hasta ese momento.
La anotación sepultó anímicamente al Tiburón. La desolación se apoderó de la parcialidad roja que ahora tendrá que esperar para saber si el dinero les da la posibilidad de seguir con el futbol en su ciudad.
Del otro lado, América se declaró listo para la liguilla. Las dudas que dejaron son evidentes, pero la fiesta grande es otro torneo y la exigencia será el bicampeonato.