Minneapolis, Minnesota.- Por fin volaron en un Super Bowl y lo hicieron por lo más alto.
Con una actuación majestuosa de su quarterback Nick Foles, las Águilas de Filadelfia ganaron el primer Super Bowl de su historia al derrotar 41-33 a los Patriotas de Nueva Inglaterra en uno de los mejores partidos en la historia del Super Bowl.
Filadelfia se convirtió en la franquicia número 20 de la liga en levantar el trofeo Vince Lombardi, mientras que Nueva Inglaterra se quedó con la ganas de igualar a Pittsburgh como el equipo más ganador (6).
Las Águilas le arrebataron el trono de la NFL y lo hicieron sintiéndose como en casa, con el U.S. Bank Stadium de Minnesota transformándose en una sucursal del Lincoln Financial Field.
¡Hay nuevo rey!
El juego
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El sol salió a favor de las Águilas en la fría Minneapolis. Desde el volado inicial, Filadelfia empezó a imponer condiciones dentro del emparrillado. Poco o nada les importaba que enfrente tuvieran a la dinastía de Foxborough.
Recibieron la patada inicial y desde su propia yarda 20 empezaron a dominar a los Patriotas. Seguro, práctico y sobre todo efectivo lució Nick Foles. El pasador suplente del campeón de la Conferencia Nacional sorprendió a su rival al utilizar un plan de juego muy diferente al que los llevó a Minnesota. Le dio juego a todas sus armas aéreas y dejó a su ataque terrestre como segunda opción. Avanzaron 67 yardas hasta que la retaguardia de Nueva Inglaterra cedió únicamente un intento de gol de campo en su propia zona roja.
Turno de la leyenda. Tom Brady entró en acción y pese al asedio que le pusieron los frontales de Filadelfia, pudo sacar provecho de los huecos que otorgaba la secundaria rival. Atacó una y otra vez el sector derecho para ponerse en la zona roja dándole la oportunidad a Stephen Gostkowski de igualar el partido.
La efervescencia que se vivía en las tribunas con la pasión de la marea verde, contagió a sus jugadores. Foles mantuvo su plan inicial, y en un abrir y cerrar de ojos protagonizó una jugada para la historia. Mandó el ovoide a la zona de Alshon Jeffery y éste se encargó de bajarlo con un salto espectacular para caer en el área de anotación. ¡TD Eagles!
¡Impresionante!
El momento del encuentro estaba con los pupilos de Doug Pederson. La defensiva se doblaba pero no se rompía. Evitó el touchdown de Patriotas en tres ocasiones dentro de su propia zona roja. La agresividad llegó a rozar con los límites cuando el profundo Malcolm Jenkins mandó al hospital con un golpazo a Brandin Cooks. Por momentos parecían tener el antídoto para contrarrestar a un Brady que exhibió sus falencias como receptor al dejar caer un pase que apuntaba a una jugada grande.
Mientras el campeón reinante de la NFL estaba incómodo, Filadelfia parecía con la seguridad del Lincoln Financial Field en su espalda. No daban tregua, o eso parecía hasta que llegó la primera jugada grande de los “Pats”. Tras un rebote que le pegó en las manos a Jeffery, el profundo Duron Harmon se llevó la intercepción, la primera en los actuales playoffs en contra de Nick Foles.
Y fue desde lo más profundo del campo que Brady tuvo su mejor serie ofensiva. Poco más de dos minutos le bastó para hacerle un TD a la tercera mejor defensiva de la NFL. Así son las leyendas. Así es Brady.
Con el 15-12 a falta de dos minutos para el final de la primera mitad, Filadelfia no quería desaprovechar su dominio e irse con poca diferencia al descanso, por lo que mantuvieron su plan de juego ofensivo y con 34 segundos en el reloj, se les ocurrió intentar una jugada del estilo colegial que dejó congelado a Bill Belichick y compañía. Foles anotó como receptor el primer TD de su carrera.
El medio tiempo y el espectáculo de Justin Timberlake ayudó para que Nueva Inglaterra recordara que cuenta con el jugador más dominante de la liga. Cuando Rob Gronkowski está bien, es indefendible. No lo habían explotado en los primeros dos cuartos y había sido suficiente. El #87 de los “Pats” hizo cuatro de las ocho jugadas que terminaron con su anotación para 19-22 parcial.
Si por un momento parecía que el campeón y sus antecedentes podían poner nervioso al banquillo de la NFC, nada de eso, Foles respondió de forma inmediata. Consciente de que a su oponente no se le debía dar por muerto antes de tiempo, Filadelfia completó otra gran serie de 85 yardas que culminó con una jugada dudosa de Corey Clement. Volvió a sacar diferencia de diez tantos (29-19).
Ya era una batalla de golpe por golpe. Ninguno dio tregua hasta que las Águilas se conformaron con el gol de campo de Elliott, después del segundo TD de la noche para Brady. El ganador de cinco anillos de campeón regresó al terreno de juego para poner en ventaja (33-32) a su equipo por primera ocasión. Repitió la fórmula del éxito. Del #12 para el #87 en campo rival. Sinónimo de touchdown.
Ahora sí, el U.S. Bank Stadium enmudeció en su gran mayoría, depositando sus ilusiones en el brazo derecho del irregular Foles. Nick nunca ha sido un quarterback confiable por más que su postemporada y primeros 50 minutos del SB 52 le hayan puesto esa etiqueta. Utilizó terceras y hasta una cuarta oportunidad para mover las cadenas ante la mirada de un Brady que atestiguaba sentado en las laterales la gesta del egresado de la Universidad de Arizona.
Se puso en zona de gol de campo, suficiente para asegurarse el campeonato, pero su ambición fue mucho más allá. Querían ganar con autoridad, sin complejos. El Coordinador Ofensivo Frank Reich mandó por el touchdown y éste llegó de la mano de Zach Ertz. El estadio explotó y la defensiva terminó por dictaminar al nuevo campeón de la NFL.
¡Qué partido!