Xalapa, Ver.- A sus ocho años de edad la pequeña Mía Alejandra López Cortés ya sueña en grande. Además de ser una destacada nadadora quiere estudiar la carrera de veterinaria porque le gusta mucho cuidar a los animalitos, convivir con ellos.
Dentro de la alberca se dezplaza como pez en el agua. Sus movimientos propios de una sirenita le han dado un sello diferente, especial. Pero ella no sabe de tiempos, ni de marcas, ni de récords, por ahora sólo vive su momento, divertirse en la piscina y competir, de hecho, ha conquistado ya varios primeros lugares en eventos celebrados en Puebla, Veracruz y esta ciudad.
Tenía tres años cuando me metí a nadar, era sólo para aprender, pero después me gustó y le seguí y a los cinco años fue mi primera competencia
Pese a que se introdujo en esta disciplina por pasatiempo, ahora su realidad es otra, ya que está destacando en el terreno competitivo y prueba de ello son las más de 10 participaciones que ha tenido en diferentes torneos de buen nivel.
Por otra parte, la pequeña no descuida sus estudios, sabe que es allí donde debe basar su futuro profesional. “Me gustaría estudiar veterinaria porque me gusta cuidar a los animalitos”, dijo al tiempo que mencionó que tuvo un gatito y un perrito, pero lamentablemente al parecer el primero decidió buscar otros rumbos, mientras que su otra mascota murió debido a la edad.
Como todo infante de su edad vive en su mundo y busca su espacio para echar a volar su imaginación y se distrae en sus sueños de niña, con sus juguetes. “Sólo juego con Casimeritos, ya que no me gustan las muñecas. También tengo juegos de mesa, barras de plastilinas, play doh y mini juegos en el iPad”, comentó.
Asimismo, y por increíble que parezca, la estudiante de la escuela primaria Abraham Castellanos, donde cursa el tercer grado, no admira a ningún nadador famoso. “Me gustan los Youtubers y Los Polinesios porque tienen videos divertidos y realizan algunos experimentos”, señaló.
Mía es una niña que sin duda tiene talento y virtudes que puedan llevarla, si lo desea, a terrenos insospechados.
Por sus venas corre sangre de campeones, de leyendas, como su abuelo y sus tíos, y aunque no va de prisa, sueña en grande, pero no le apresura ser adulto, sabe que todo vendrá en su momento y por eso sólo vive el hoy, el mañana, el mañana ya llegará.