Quizá alguna vez hayas escuchado hablar de las “cajas negras”, unos dispositivos que en los aviones graba todo lo que sucede, con la finalidad de que en caso que exista un accidente esta se conserve para determinar que provocó lo sucedido, pero, ¿sabías que este objeto indestructible también se encuentra en algunos automóviles?
Este dispositivo en los autos recibe el nombre de Registrador de Datos de Eventos o EDR por sus siglas en inglés, aunque su funcionamiento es igual a la caja negra de los aviones, pues sirve para recopilar información del vehículo hasta el momento previo de un accidente y es que la mayoría de estos dispositivos logran registrar datos en un ciclo continúo que se reescribe.
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¿DÓNDE SE UBICA LA CAJA NEGRA O EDR DE UN AUTOMÓVIL?
La caja negra o registrador de datos de eventos es colocada debajo del asiento del conductor, de manera directa ajustada al chasis para que no sufra alguna deformación en caso de un siniestro; cabe puntualizar que la información que este dispositivo almacena no sirve para identificar al culpable de un accidente, sino para que las empresas puedan confirmar el buen funcionamiento de sus sistemas de seguridad.
Contrario al uso que tienen estos aparatos en los aviones, en los vehículos dicha información es utilizada en investigaciones que son aplicadas para realizar mejoras que brinden mayor seguridad vial, aunque no se descartan casos en los que los percances viales son de gran magnitud, que la información pueda ser utilizada para intentar determinar cuál fue la causante del mismo.
¿CUÁL ES LA INFORMACIÓN QUE RECUPERA LA CAJA NEGRA DE LOS AUTOS?
Dentro de la información que es recuperada por la EDR de los autos se encuentran la fuerza con la que se haya dado un choque frontal o lateral, la velocidad a la que viajaba el vehículo, las Revoluciones Por Minuto (RPM) del motor, la aplicación de frenos y activación de frenos antibloqueo, el ángulo del volante, así como la activación del control de estabilidad.
También es recopilado el ángulo de balanceo del vehículo, esto en caso de que hubiera sufrido una volcadura, si se utilizó el cinturón de seguridad del conductor y copiloto, el ajuste del pretensor o limitador de fuerza, el despliegue, velocidad y fallas de las bolsas de aire, el número de choques durante el incidente final, entre otros parámetros como el lugar, el día o la hora en el momento del siniestro.
Cabe señalar que la información guardada es de entre 5 y 10 segundos previos al choque, por lo que algunos expertos afirman que lo ideal sería que la memoria fuera de por lo menos 20 segundos, a fin de comprender mejor los choques y los eventos que los provocan, así como el papel que juega la tecnología en cuanto a la asistencia al conductor.
La idea de introducir estos dispositivos en los autos data del 2012 en Estados Unidos, como un requerimiento de los reguladores de seguridad para todos los vehículos nuevos de menos de 3500 kilogramos e incluso algunos fabricantes ya comenzaban a introducir este sistema a mediados de los años 90.
Finalmente, para este 2022 comenzó a aplicarse esta norma regulatoria en vehículos de nueva homologación en la Unión Europea, en tanto que se espera que para el próximo año la capacidad de grabación vaya de los 30 segundos previos al choque y hasta 5 después del percance.
Nota publicada originalmente en El Sol de Puebla