París. Los clavadistas Osmar Olvera y Juan Celaya llegaron a la prueba del trampolín 3 metros de París 2024 sincronizados con la etiqueta de favoritos para subir al podio, y no fallaron en su intento al ganar la plata, a tan solo dos puntos del oro.
Cumplir el guión establecido reclamaba su complejidad. La línea que supone la realidad con el mundo de los sueños es tan delgada como el plano del agua con todo lo demás. Los clavadistas mexicanos tuvieron un arranque complicado que por momentos ponía en duda la seguridad inicial, con dos clavados que tuvieron sus detalles.
La dupla tricolor llegó a ubicarse hasta la quinta posición, pero en los clavados nunca existe una sentencia definitiva. El hecho de que los momentos se encadenen de tal forma puede considerarse destino. En esa misma tercera ronda, todos aquellos rivales que iban arriba de México de pronto fallaron en sus ejecuciones. Los chinos, los norteamericanos, los italianos.
Osmar y Juan se voltearon a ver en la soledad del trampolín, respiraron hondo y ejecutaron un gran clavado. A partir de entonces, su ascenso en la pizarra fue meteórico, incluso hasta colocarse en la primera posición. El grito de “México, México” superaba las barreras que imponía el techo madera del Centro Acuático. Una forma de hacer sentir a sus clavadistas que hay veces que los saltos no se ejecutan solos.
De pronto, la competencia se alineó con las expectativas y el podio parecía definido, lo que falta no era un detalle menor: las pasiones. México, China y hasta la Gran Bretaña desencadenaron una batalla frenética por la gloria olímpica. Una lucha de centésimas, imperceptible para los aficionados que miran desde la grada. La forma en la que los clavadistas entran al agua suele desencadenar el instinto del que observa, aunque antes de ese momento haya muchas otras cosas que cuenten, como la altura, o la limpieza de sus giros, la fuerza de sus piernas para mantenerse juntas a pesar de que las naturaleza las impulse para fuera.
¿Cómo consiguieron la medalla de plata Osmar Olvera y Juan Celaya?
México cerró de forma brillante sus últimos dos saltos. Cuando el silencio previo a los clavados alcanzaba su punto más alto, hasta parecía que podían escucharse los latidos de los corazones, acelerados por la emoción. Osmar y Juan, sin embargo, mantuvieron el temple y saltaron con el corazón para ganar la plata, con un total de 444.03 solo por debajo de China, que ajustó en el último momento para subir a la primera posición, con 446.10. Gran Bretaña, que también tuvo un clavado de alto nivel en la sexta ronda, culminó en tercero, con 438.15.
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Ya en la víspera de la premiación, en el Centro Acuático se escuchó el Cielito Lindo, nunca tanto como en la mañana parisina, y las porras, el clásico chiquibum, que tanto nos identifica. México sumó su tercera medalla en París 2024, tras el bronce de tiro con arco y la plata de Prisca.
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