VERACRUZ, Ver.- Sin planearlo, Gabriel pudo disfrutar del Mundial de Alemania 2006 junto con su madre en un inesperado viaje que tenía como objetivo principal constatar que su hermano menor se pudiera recuperar de una enfermedad, pero que al final se convirtió en una de las mejores experiencias de su vida.
En entrevista para Diario de Xalapa, Gabriel Sánchez Meza de 52 años afirma que mientras muchos mexicanos planean con anticipación su viaje, sobre todo cuando se trata de un evento de la magnitud como un mundial, en su caso, la suerte se conjugó con la coincidencia y la casualidad.
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Relata que su hermano menor, quien desde hace más de dos décadas vive en Alemania, enfermó, generando la incertidumbre y la angustia de su madre, una mujer mayor quien se aferró a viajar al continente europeo para poder ver a su hijo y estar a su lado.
Explica que por cuestiones de trabajo era complicado que alguno de sus hermanos acompañara a su madre por lo que decidió ausentarse de su actividad laboral y hacer el viaje juntos.
“Fue algo que nunca hubiera planeado, simplemente se dio y fue muy chistoso porque mi hermano enfermó y mamá quería verlo, él ya tiene varios años allá y aunque sí ha venido a México mi mamá quería cuidarlo, ninguno de mis otros hermanos podía acompañarla así que fui yo, no esperábamos que mi hermano se enfermara y menos en las fechas del mundial”, externa.
Fue así que en pleno verano una semana antes del Mundial 2006 pudo comprar los boletos y sin ninguna restricción llegó a Hamburgo, una de las sedes de los partidos a desarrollar donde ya se sentía la fiebre del fútbol con cientos de turistas de distintos países recorriendo las calles vestidos con los colores de sus equipos.
“Llegamos a Hamburgo que es donde vive mi hermano, él ya había sido dado de alta del Hospital, pero estaba en un lugar como de descanso, recuperándose, así es allá y enseguida lo fuimos a ver, posteriormente pasó una semana y fue que empezó el mundial”, menciona.
Indica que gracias a amigos de su hermano quienes habían comprado paquetes de miles de euros es que pudo presenciar los encuentros de Argentina contra Costa de Marfil en Hamburgo y el de México contra Angola en Hannover.
“Fue mucho de suerte, se dio todo, nada fue planeado, llegando allá todo fue muy fácil porque un amigo alemán me invitó a un partido en Hamburgo y otro amigo de Veracruz que también había comprado su paquete de los partidos de México me llevó al de México contra Angola, fueron muchas casualidades, coincidencias y suerte, disfrutar de eso es una experiencia única e inolvidable”, puntualiza.
Comenta que su madre, María Meza también disfrutó de algunos partidos ya que en distintas plazas y paseos se instalaron grandes televisores para que los turistas pudieran seguir todos los encuentros ya que se trataba de una fiesta de todos los días y de todo el día.
“Había Fan Fest donde toda la gente se reunía a disfrutar de los juegos a través de unas pantallas enormes, se colocaron en plazas y mi mamá también vivió esa emoción, porque hay gente que va al país donde se desarrolla el mundial, pero no entra a los estadios, disfruta de la fiesta desde afuera es otro ambiente estar allá y disfrutar de esa emoción, gritar el nombre de México y te diré algo, al mexicano lo quieren, yo lo viví, el mexicano es muy querido”, expresa.
Gabriel recuerda con emoción ese viaje y aún se le eriza la piel por vivir esa experiencia única e inigualable y espera repetir la aventura, pero ahora con su hijo adolescente y su esposa.
“Siempre lo hemos planeado, no se ha podido, pero por supuesto que quiero vivir esa experiencia con mi hijo Gabriel, viene próximamente la Eurocopa en Alemania y ojalá se dé la oportunidad o si no que él vaya porque es una gran experiencia, la persona que tenga la oportunidad de ir que vaya, es algo fantástico”, externa.