Xalapa, Ver.- El futbol xalapeño está de luto tras el lamentablemente fallecimiento de Silvino Olivos, uno de los íconos, pilares y leyendas del equipo local Betancourt.
Silvino Olivos Franco era un defensa central técnico, fuerte, duro, pero no malintencionado, prueba de ello que en su largo historial futbolero nunca lesionó a algún rival.
Luis Rendón, quien varias veces fue compañero de Silvino, lo describe de esta manera:
No hay que ser un jugador profesional para jugar como tal… nuestro amigo Silvino siempre se caracterizó por ser ese jugador, entregado fuerte y duro, pero leal, un defensa central técnico y de buen salir; hoy ya está formando su equipo allá en el cielo y desde allá seguirá de cerca todo los juegos del equipo de sus amores, Betancourt, que defendió esa camiseta siempre con honor. Descansa en paz, ya que lo diste todo en la cancha y en tu vida, recibe un fuerte abrazo de todos tus compañeros futbolistas. Te extrañaremos amigo
Asimismo, los delegados de los equipos Azcárate, Pitufos, Universitarios, Dique Independiente, Deportivo Z, Dique, Xalapa 36, Rébsamen, Berros, Rayos CFE, Universal Sport, Resto del Barrio, Delfines UV, Deportivo Colsa, Dukla San Bruno, Nápoli y Proquiver se unieron a la pena que embarga a la familia Olivos Franco por la irreparable pérdida de su familiar.
Ayer el cuerpo de Silvino Olivos fue velado en la funeraria ubicada en la calle Justino Sarmiento y por la tarde le brindaron una misa de cuerpo presente en la iglesia San José, donde asistieron familiares y amigos, quienes más tarde lo acompañaron a su última morada.
La triste noticia la dieron a conocer sus hermanos Rodrigo, Benito, Santiago, Miguel y Arturo, quienes agradecieron las muestras de apoyo de parte de quienes conocieron al futbolista veterano. “La familia Olivos Franco agradece las palabras de ánimo”, dijo el doctor Benito en el grupo de whats app de la Liga Universitaria.
Silvino era un jugador de garra y coraje, pero de un fuerte temperamento, producto de ese amor que profesaba por su equipo, al que nunca le gustaba verlo perder. Betancourt fue el equipo de sus amores, no había otro, a los del céntrico barrio los defendió con honor, les dio todo, incluso fue uno de sus iniciadores por allí de 1972.