Hizo honor a su nombre. El dominicano Domingo Germán se consagró la noche de este miércoles en la MLB al lanzar un juego perfecto, un sin hit, ni carrera, en la victoria de los Yankees de Nueva York por 11-0 sobre Oakland Athletics.
El serpentinero de 30 años lanzó una joya de pitcheo en el diamante del Oakland Coliseum y además sus compañeros de ofensiva respondieron con creces para redondear este histórico partido que encaró a la franquicia más ganadora de la MLB y al peor equipo de la actualidad en esta temporada 2023.
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Por cuarta ocasión en la historia un pitcher de los Mulos de Manhattan consiguió la perfección arriba de la lomita y desde el 2012 no se apreciaba en las Grandes Ligas una acción de esta magnitud desde Félix Hernández lo consiguió en el triunfo de Rays ante Seattle.
Domingo German trabajó las nueve entradas de manera notable en los que ponchó a nueve enemigos y de sus 99 lanzamientos 72 fueron por la zona de strike para poner su ERA en 4.54. Además, este llamativo hecho significó su quinto triunfo en lo que va de la campaña para poner su marca 5-5.
Domingo Germán, primer dominicano con juego perfecto
El dominicano se convirtió en el lanzador número 24 de las Mayores en firmar un perfecto. Ahora la víctima fue Oakland, una organización que está a punto de mudarse a Las Vegas y que desde 1991 no terminaba un partido sin al menos conectar algún imparable.
El primer lanzamiento de Germán fue un batazo de Kemp que se fue elevado y terminó en out, mientras que el recordado encuentro finalizó con un rodado a tercera, que terminó con una bola enviada del cinco al tres para conseguir el ansiado out 27 y firmar así el juego perfecto que sin duda logró el dominicano al estar bien protegido por su cuadro y sus jardineros. Todos los Yankees cumplieron con su labor para hacer realidad esto.
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Domingo Germán se convirtió en el primer dominicano en conseguir esta proeza y el tercer latino en hacerlo tras el nicaragüense Dennis Martínez y el venezolano Félix Hernández. Un 11-0 para el recuerdo, no por los ataques de los Bombarderos del Bronx, mejor dicho por la perfección de Germán Polanco.
Nota publicada originalmente en ESTO