Jasso, Hidalgo.- Con algunas temporadas en el Nido de Coapa y sin las oportunidades necesarias para trascender, Alejandra Curiel no se quedó de brazos cruzados, abrió las alas y emprendió el vuelo hacia un nuevo horizonte, un nuevo destino que le diera la oportunidad de mostrarse y brillar en lo que más le gusta.
Apasionada del futbol y con demasiado talento para mostrar, Curiel encontró como siguiente destino las filas de La Máquina de Cruz Azul y halló ahí a su mejor aliado, el entrenador Rogelio Martínez, quien la puso a jugar en el once titular, objetivo y recompensa que buscaba desde hace tiempo.
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“Dicen que si te intentan apagar es porque en realidad brillas”, abre de tajo la atacante cementera que se caracteriza por los abundantes chinos de su cabellera.
Analista y reflexiva con el trazado de su andar futbolístico, cuenta brevemente lo ocurrido en las filas de las Águilas del América. “Allá no se me dio esa confianza que necesitaba”, explica y piensa. “Aquí (en Cruz Azul) vine con una ilusión tan grande de poner mi nombre (en alto), gracias al Profe y a cuerpo técnico que apuestan por mí, lo he podido lograr”, dice con una sonrisa de oreja a oreja.
Con escasos minutos en América, la calidad habló por ella y las ofertas de diferentes clubes se hicieron presentes, una de éstas fue la de Cruz Azul, a la que no lo pensó dos veces. Sabía muy bien que era la mejor decisión convertirse en pasajera de La Máquina.
“El que sabe está consciente de que es un equipo grande, así que cuando se me presenta la propuesta, obvio no me pongo a analizar y enseguida la tomo”, describe en charla con ESTO.
Su pensamiento siempre la lleva a triunfar y a querer más no solamente en el ámbito deportivo, sino en el quehacer del día con día. “Siempre he pensado, que si quieres destacar, debes proponerte buenos retos y aquí fue lo que hice, pero no contaba con que vestida de azul iba a revivir ese amor tan puro por el futbol”.
Ahora se “me están abriendo las puertas como ningún club y creyendo en mí, lo que de verdad se siente bonito porque te impulsan a dar más, así que hoy puedo decir que como celeste soy feliz y venir para acá fue la mejor decisión que he tomado hasta hoy en mi carrera”, desmenuza orgullosa con los colores cementeros en una bufanda.
Desde Jasso, Hidalgo, el punto de nacimiento de Cruz Azul, la "China" besa y posa con el escudo de La Máquina, y detrás de ella sabe que la magia la acompaña en sus pies para hacer grandes actuaciones individuales y de conjunto.
“Gracias a Dios se me han dado las cosas, pero sé que sin ellas no soy nada. Si el equipo está bien, yo lo estoy porque habrá goles, aunque no puedo decir que todo esto es por mí, al final del día un equipo no es una jugadora”, agregó.
“Quiero seguir con mis estudios en contabilidad porque estoy en un receso, pero en las metas personales tengo que terminar mi carrera y ser alguien más allá de este deporte. Además soy más de familia. Quiero casarmey tener hijos", concluyó.