Wolfsburgo, Alemania.- La nueva Alemania, tras la pesadilla que vivió durante el 2018, no pasó del empate con la mínima en el marcador ante Serbia, en un amistoso en el que tuvo ocasiones para obtener la victoria, pero que sus delanteros no lograron concretar.
El seleccionador Joachim Löw había anunciado el comienzo de la nueva era y había hecho énfasis en ello con el descarte de tres de sus campeones del mundo en Brasil 2014: Mats Hummels, Jerome Boateng y Thomas Müller.
Ayer quiso darles la responsabilidad a los jóvenes. De los veteranos en el primer tiempo sólo estuvieron Manuel Neuer e Ilkay Gündogan. En la segunda parte entró Marco Reus.
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Alemania arrancó con una aproximación que terminó en la gran ocasión del defensor Lulas Klostermann, quien jugó su primer partido con Alemania.
Después vino la segunda llegada, de Kai Havertz, cuando Alemania parecía haber entrado en confianza. Pero al minuto 12, y en el primer tiro de esquina a favor de Serbia, Luka Jovic abrió el marcador con un remate de cabeza tras aprovechar el rebote en la espalda de su compañero, el defensor Uros Spajic.
El gol en contra tocó al joven equipo alemán, que mantuvo la posesión del balón, pero que también tuvo dificultades para generar ocasiones.
A lo largo del primer tiempo, la Selección de Alemania solamente tuvo dos aproximaciones de peligro, y ambas fueron mediante Timo Werner.
Serbia atacaba poco, pero tuvo dos momentos de peligro, al minuto 41, cuando Adem Ljajic remató por encima de la portería, sólo frente a Neuer; y luego Sergej Milinkovic, al 45’, con remate de cabeza tras un tiro libre.
A partir del minuto 60, Alemania ganó en profundidad, principalmente gracias al ingreso de Marco Reus, tras el descanso.
Las ocasiones empezaron a llegar. Al minuto 59, Reus se encontró con el portero Marko Dmitrovic. Poco después, Gündogan estuvo cerca, cuando su remate fue sacado por un defensor, sobre la línea de gol.
Finalmente, al minuto 69, llegó el empate con el remate de Leon Goretzka, dentro del área y a pase de Reus.
Alemania tuvo luego varias llegadas con peligro de gol, que hubieran podido definir el partido, dos de ellas por medio de Leroy Sané; y otra más de Reus, pero Dmitrovic tuvo su noche.