Los tambores africanos ya no están. Su ritmo se marchó pronto y se escuchó poco. Esta vez el poderío físico de la raza negra quedó lejos de la fase final. Egipto, Nigeria, Túnez, Marruecos y Senegal ya están en de vuelta en casa. Mohamed Salah, Sadio Mané, John Obi Mikel no tuvieron mucho cobijo y sus respectivos países dieron un paso de costado.
El Mundial comenzó a agonizar: Francia, Bélgica, Inglaterra y Croacia buscan el cetro que dejó Alemania; sin embargo, el continente africano aparece detrás de tres. Galos y belgas se nutren de jugadores con ascendencia o raíces de esa parte del mundo, pero que su destino los llevó a representar a otra confederación.
Kylian Mbappé y Romelu Lukaku están por chocar, pero parte de su sangre también los pudo enfrentar en un hipotético Argelia frente a Congo.
África ya está fuera del Mundial, pero sigue con vida representada por 25 jugadores que tienen un hilo con el continente negro. Sólo Croacia es pura. Los otros tres contendientes representan una mezcla cultural interesante y poderosa.
FRANCIA
Les Bleus es la favorita y la que más se apoya de la raza negra. Algo muy similar a lo que sucedió en 1998, con elementos como Zinedine Zidane y Marcel Desailly, Zizou, con raíces argelinas y el zaguero ghanesas. Dos décadas después el número creció: 14 elementos en su plantel poseen raíces africanas. Kylian Mbappé, con sangre de Camerún y Argelia, Paul Pogba, de Guinea, y N’Golo Kanté, de Mali, son los representantes de la mezcla cultural. La columna vertebral de Didier Deschamps son los “africanos”. Samuel Umtiti, Ousmene Dembélé y Corentin Tolisso redondean al cuadro estelar.
BÉLGICA
Los Diablos mezclan el talento belga con la rapidez africana. Los “congoleños” Romelu Lukaku, Michy Batshuayi y Vincent Kompany son parte del éxito. Ellos, además de Dedryck, Youri Tielemans, pudieron representar a Congo. La columna vertebral belga tiene al “marroquí” Marouane Fellaini. El volante del ManU es parte de la mezcla cultural. Caso curioso es el de Kevin de Bruyne, el rubio no tiene sangre de Burundi, pero su mamá nació en ese país de África. En total, 9 jugadores con hilo o conexión africana, pero su diversidad traspasa otras fronteras.
INGLATERRA
El cuadro de los Tres Leones recurre menos a la inmigración africana, pero se apoya en la centroamericana. Sólo Dele Alli y Danny Welbeck tienen esa conexión con el continente negro. El volante del Totenham pudo jugar para Nigeria, mientras que el delantero del Manchester United, con Ghana.
La Inglaterra del estratega Gareth Southgate tiene a pocos “africanos”, pero el número aumenta del otro lado del charco. Kyle Walker, Ashley Young, Raheem Sterling y Ruben Loftus-Cheek tienen raíces jamaiquinas.