Hambrientos por los tres puntos y por los sagrados alimentos escomo el seleccionado nacional arribó a Honduras, última escaladentro del Hexagonal final de la Concacaf, pues inmediatamente elequipo llegó a “papear”.
Luego de su viaje desde la Ciudad deMéxico, el equipo mexicano arribó a Honduras pasadas las 19 horaslocales al aeropuerto de San Pedro Sula y de inmediato subieron alautobús que los llevó a su hotel de concentración en pleno corazónde la ciudad.
El autobús del Tricolor fue custodiado por cuatropatrullas a su hotel y ahí fueron recibidos por los mismosaficionados de siempre, los infaltables “Chihuahua”, “Caramelo” ylos de la Ola Verde.
Todos y cada uno fueron vitoreados y aplaudidos, ningún jugador sedetuvo a regalar autógrafos, pero sí escucharon la petición de losaficionados, quienes les solicitaban los tres puntos para romper lamarca de unidades dentro del Hexagonal.
Algunos elementos llegaroncansados debido al largo día, ya que a temprana hora entrenaron enel CAR y por la tarde viajaron al país centroamericano. Ya con lasbajas de Héctor Moreno, Javier Hernández e Hirving Lozano, elequipo inmediatamente llegó al comedor del hotel para terminar conel hambre que traían desde México.
Esa misma hambre se traducirá enel ámbito deportivo, pues está tarde saldrán hambrientos en buscade los tres puntos que los pongan dentro de la historia de losHexagonales, que de ganar llegarían a 24 unidades.
Luego de ofrecerla conferencia de prensa en el Olímpico Metropolitano de San PedroSula, Juan Carlos Osorio y Miguel Layún fueron los últimostricolores en arribar al hotel de concentración, a ellos losrecibieron con las mismas porras y peticiones ante la mirada dealgunos catrachos que pasaban por la zona.
México así tuvo unarecepción tranquila, sin aspavientos en busca de volver a ganarcomo lo hicieron en el pasado 2015.
/afa