La Copa del Mundo de Corea-Japón trajo a México una primera fase de ensueño, en la que inclusive quedó como primer lugar de su grupo, el G, pero también una de las más dolorosas derrotas en los certámenes de esta índole, al caer con el acérrimo enemigo de la Concacaf, Estados Unidos, en los octavos de final, con lo que dejó el quinto partido como algo imposible de lograr, otra vez.
El cambio generacional se dio en pleno con esta Selección Mexicana que estuvo en tierras asiáticas, pues de los jugadores que asistieron a Estados Unidos 94 y Francia 98, pocos continuaban y los que así lo hicieron fueron fundamentales, como en el caso del atacante Cuauhtémoc Blanco.
El sorteo previo a la competencia arrojó a tres rivales de sumo cuidado en la primera fase para la escuadra comandada por el técnico Javier Aguirre, quien dos años antes había tomado el timón como bombero en plena eliminatoria: Croacia, Ecuador e Italia compartirían sector con los verdes.
La aventura inició el 3 de junio ante Croacia, equipo al que se le ganó 1-0, en plena madrugada en México, mediante un tiro de penalti cobrado muy bien por Cuauhtémoc Blanco, a los 60 minutos de acción. Con eso bastó para sumar los tres primeros puntos en esta justa mundialista.
El segundo escollo se llamó Ecuador. Como solía ocurrir frente a los rivales a los que se les consideraba menos, los sudamericanos se pusieron al frente en el marcador, por conducto de Delgado, apenas a los cinco minutos del encuentro. Sin embargo, la garra mexicana resurgió y Jared Borgetti a los 28’ y Gerardo Torrado a los 57’, dieron cauce al río y con esto los mexicanos sumaron dos victorias de manera consecutiva en un solo Mundial.
Italia era el siguiente sinodal de los dirigidos por el “Vasco” y a ellos se les hizo pasar un mal rato, pues con gol del mismo Borgetti, de cabeza, México se puso al frente en el tanteador, 1-0, pero cinco minutos antes de finalizar el encuentro, Del Piero vacunó a los nuestros y este cotejo quedó empatado 1-1.
Al conocerse el rival en octavos, Estados Unidos, los pronósticos a favor empezaron a llover y el quinto partido se veía más que nunca a la mano, pues en ese entonces México era considerado el “Gigante” de la Concacaf, pero los vecinos del norte brindaron la madrugada más amarga en la historia a nuestro país, en los certámenes de índole mundialista.
Todo estaba listo para acceder a los cuartos, pero los de Bruce Arena no comulgaban con esto. A los 8 minutos de juego Mc Bride mojó la meta nacional, defendida por Óscar Pérez, y la reacción nunca se dio. Los nuestros quedaron noqueados por el golpe tempranero y para colmo, Aguirre sacó al mejor hombre sobre la cancha, Ramoncito Morales, apenas a los 28 minutos de acción. Sólo era cuestión de tiempo para que el cuadro de las Barras y las Estrellas diera el golpe mortal y Landon Donovan lo hizo con el segundo gol, a los 65’. También Rafa Márquez perdió los estribos y casi conmociona a Cobi Jones con un cabezazo y fue expulsado. Nunca más México tocó el balón con peligro cerca de la meta de EU y lo único bueno que hizo Aguirre fue reconocer la trayectoria de Alberto García Aspe y darle unos minutos en este juego, como despedida a su carrera. Más que dolorosa la derrota, por quién eliminó al conjunto mexicano y que lo dejó nuevamente viendo los cuartos de final por televisión.