El futbol tiene esas cosas que pone a volar la imaginación. La vuelta de los cuartos de final entre Rayados y el Inter Miami se jugó dos veces; la primera, en la mente de los aficionados, que imaginaban lo que sería el partido con Lionel Messi en la cancha y la posibilidad, siempre latente, de que el argentino se vistiera de héroe. La segunda, sin embargo, ya en la realidad, estuvo lejos de eso, Messi quedó lejos de la épica de otras noches. Monterrey dominó el partido de principio a fin y firmó su pase a las semifinales con un contundente 3-1, 5-2 en el global.
Eso sí, la presencia de Messi le dio al partido esa sensación de noche especial, de tribunas hasta las lámparas. La gente acudió al BBVA con la certeza de estar a punto de vivir una fiesta, aunque es cierto que pocas veces se sabe de qué lado de la historia se estará, eso solo se intuye.
Con la cautela propia de quien tiene a Messi enfrente, el hincha rayado alentó con cierta tensión a su equipo cuando el partido aún estaba a merced de una genialidad del argentino. Otra vez los escenarios hipotéticos, porque en la cancha era el Monterrey el que dominaba.
Bien parados en el fondo, los del “Tano” no necesitaron mucho para poner en predicamentos al Miami. Vázquez y Berterame dieron algunos avisos y solo Messi, con un disparo que intentó poner en el ángulo, generó cierto peligro al filo de la media hora.
Como siempre ocurre, el relato de una noche épica se fue por la borda gracias al antagonista de toda historia. Si Messi buscaba vestirse de héroe, el arquero Callender se mandó un error de aquellos. Buscó salir desde el fondo pero su balón encontró pies ajenos y Vázquez no desperdició el regalo. El 1-0 relajó los nervios de la afición rayada, pero la tensión no se fue del todo.
El tiempo y la buena marca de Rayados desesperaron al Inter. Suárez y Alba buscaron amedrentar al árbitro, pero Barton no se dejó. Ya convencidos los locales de que la fiesta tendría que ser de ellos, Berterame liquidó el partido al 58, un remate potente desde la frontal del área que dejó sin opciones al arquero. Seis minutos más tarde Gallardo aumentó la ventaja tras un nuevo error en la salida.
Con una desventaja de cuatro goles en el global, Messi pasó de necesitar una hazaña a requerir un milagro. Ni sus dotes de deidad, sin embargo, pudieron evitar la derrota. Ni siquiera el gol de Diego Gómez, al 85, cuando el Inter jugaba con 10 tras la expulsión de un desesperado Jordi Alba, encendieron la mecha.
Rayados celebró su pase apenas una noche después de la eliminación de Tigres, y ya se sabe, que cuando eso pasa, las victorias saben doble. Monterrey enfrentará al Columbus Crew en las semifinales, el único equipo estadounidense que queda con vida.
Publicado originalmente en ESTO