Es corredor, médico radiólogo y Rudo Mayor; la historia de Gildardo

El Rudo Mayor, como lo conocen, es radiólogo, corredor y motivador; aunque una rodilla le lastima, no deja de practicar actividad física

Luis Hernández | Diario de Xalapa

  · miércoles 7 de junio de 2023

Gildardo tiene 61 años y un alma deportiva de toda la vida | Foto: Luis Hernández/Diario de Xalapa

Cuando el amor al deporte es grande, los obstáculos que se interponen pueden superarse, así lo hace Gildardo Luna Melchor, conocido como el Rudo Mayor, que aunque padece una lesión de rodilla, jamás deja de practicar el running. El deportista de 61 años de edad es una de las personas que diariamente se esfuerza por no fallar en el deporte, pues sabe que así se mantendrá sano y con fuerza para continuar con su tareas como esposo, padre, y trabajador.

Un 30 de enero de 1962 en la ciudad de Coatepec nació Gildardo, quien fue motivo de felicidad para la familia Luna Melchor, pues sabían que nació un guerrero y lo pudieron notar en sus gritos de bebé que dio en un hospital del Pueblo Mágico.

¿Cómo fueron los inicios del Rudo Mayor?

Con el paso de los años, en la primaria el pequeño niño inició jugando futbol, deporte que practicó en la secundaria y preparatoria, sin embargo, el exceso en ese deporte, le pagaron factura; su rodilla izquierda comenzó a lastimarle.

Gran equipo de colaboradores comparten la pasión deportiva | Foto: Luis Hernández/Diario de Xalapa

A los 40 años de edad, por recomendación de su doctor, tuvo que alejarse del futbol, pues de continuar podría quedar sin movimiento, por lo que se inclinó al running motivado por unos amigos que diariamente lo practicaban en el Unidad Deportiva de Coatepec.

Me dijeron que corriera, que me iría mucho mejor, además prevenir muchos males de mi rodilla y fue que me inicié

Ya corriendo se dio cuenta que comenzó a bajar de peso y más se motivó, además ese dolor de rodilla desapareció, por lo que continuó adentrándose mucho más.

“Como corredor hice 22 maratones, además tuve el honor de correr en Chihuahua con los Tarahumara; ahí fueron 63 y 100 kilómetros que incluyó la Barranca del Cobre, un lugar de superviviencia, es más no puedes correr, solo caminar en algunas partes. Eso fue algo de lo que viví como corredor”, recordó.

Desafortunadamente una vez más apareció el dolor de rodilla y fue con más intensidad, momento crucial en la vida Gildardo, pues de continuar practicando deporte con la intensidad que lo hacía podría ser fatal.

“Mi doctor me dijo que el dolor regresó porque corría mucho y no le daba tiempo a mi cuerpo de recuperarse, por lo que debieron realizarme una limpieza en mi rodilla que fue a través de una operación, debido a que se me rompió la cápsula. Incluso me dijeron que el resto de mi vida usaría bastón”, expresó.

Luego de ese momento, debió descansar un periodo para iniciar con su nueva vida, pero el amor por el deporte hizo que su corazón de guerrero lo impulsara a esforzarse para valerse por sí mismo y sin el bastón. Para lograr eso en sus terapias de nado lo hacía a doble sesión hasta lograr reunir la fuerza suficiente y dejar atrás ese mal; lo consiguió.

“Cuando una vez que pude caminar, a escondidas de mi familia me inscribí a una carrera atlética de Coatepec, y para no ser reconocido por ellos, además de mis amigos, utilicé una máscara, porque me gusta mucho la lucha libre. Para mí todo cambió, la magia de la máscara me cambió todo, porque cuando participé las personas y los niños me comenzaron a saludar, fue algo muy bonito”.

Y agregó: “Ese momento me cambió, como te dije. Finalmente le dije a mi familia lo que hice, no estuvieron de acuerdo al inicio, porque sabían las consecuencias, pero terminaron por apoyarme, al derse cuenta lo bien me sentía; luego de llegar a un acuerdo con ellos, ahora mis hijos lo realizan conmigo enmascarados; ya nos conocen como los “Rudos de Coatepec”, platicó para Diario de Xalapa.

El Rudo Mayor actualmente es médico radiólogo en el Seguro Social, trabajo que ama realizar; hace 7 años debió jubilarse, pero es muy grande ese respeto y deseo de atender a la gente que continúa activo. “Mi trabajo me gusta mucho, jamás digo a que me dedico porque no no tiene caso, hasta ahora a ustedes se los comento. Trabajo hace 35 años en el IMSS en la Clínica 66 turno vespertino. Mi labor la hago con pasión y alegría que me da el realizar deporte, por eso recomiendo que las personas lo hagan, porque sino se oxidan (risas). Hagan deporte eso les beneficiará mucho, se los aseguro”, concluyó.