Veracruz, Ver.- De oficio albañil, David Arenal Cuevas impulsa el box entre los jóvenes en el gimnasio que con sus propias manos construyó con el fin de motivarlos a hacer deporte y alejarlos de los vicios.
Originario de Santiago Tuxtla, relata que desde niño su padre le inculcó el boxeo, pues era un aficionado de este deporte y sin tener técnica ni entrenamiento empezó a practicarlo.
Aún no alcanzaba la mayoría de edad cuando llegó a la ciudad de Veracruz para probar suerte en el oficio de albañilería.
“Mi papá fue el que me inculcó este deporte, me motivó a practicarlo; empecé en San Andrés Tuxtla pero como a los 16 años me vine a Veracruz en una aventura, a probar suerte como albañil y cuando llegue aquí, seguí entrenando”, menciona.
Tuvo la oportunidad de participar en algunas peleas profesionales y otra más de sparring, sin embargo, reconoce que ya estaba grande para dedicarse al boxeo y prefirió prepararse para empezar a dar clases de manera más profesional con técnica.
Al poco tiempo inauguró su primera escuela de box, con algunos amigos y compañeros a los que empezó a entrenar, pero no fue hasta que conoció al secretario de la Organización Nacional de Entrenadores y Boxeadores Amateur (ONEBA) David Ayala Torrealba, quien lo invitó a incorporarse dentro de la organización para inscribir boxeadores a competencias.
Aunque rentó algunos espacios, hace algunos años con sus propias manos, algunas láminas, madera y otros materiales, David construyó su propio gimnasio, ubicado en la calle de Zapata, entre 16 de Septiembre y Xicoténcatl donde entrena a varios jovencitos que sueñan con ser campeones del mundo dentro de esta disciplina.
Asegura que de su gimnasio llamado “Ojo de Tigre”, en alusión a una película, han salido cinco campeones estatales y un campeón internacional amateur, además que dentro de poco uno de sus hijos también tendrá su primera participación dentro de las competencias Conade.
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“Llegué tarde para debutar, ya estaba grande, tenía 33 años, pero ahora promuevo el deporte en los niños y jóvenes. Ya tenemos cinco campeones estatales y otros chicos que esperan tener sus primeras participaciones. Me siento muy feliz, motivado, me gusta; mi papá me inculcó el amor a este deporte y yo hago lo mismo con mis hijos. Mi objetivo es tener campeones del mundo”, manifiesta.
Menciona que en algún momento la escuela de box llegó a tener más de 60 alumnos, sin embargo, durante la contingencia por el Covid-19 se vio obligado a cerrar el espacio porque también se enfermó.
Recuerda que la enfermedad le pegó muy fuerte, pues estuvo a punto de perder la vida, pero afortunadamente los cuidados de su esposa lo ayudaron a vencer el virus y regresar a hacer lo que más le gusta.
"Teníamos varios alumnos, pero por el Covid me retiré un tiempo; estuve cuatro meses muy grave, un mes con oxígeno y tuve tres infartos, casi me muero, pero afortunadamente mi Dios padre me dio la oportunidad de vivir y aquí sigo en este deporte. Me dijeron que no iba a ser el mismo y mírame”, comenta entre risas.
Añade que los médicos le advirtieron que después de la enfermedad tendría algunas secuelas que incluso podría tener problemas para entrenar, sin embargo, han pasado más de dos años y su recuperación está al cien por ciento.
Actualmente David Arenal trabaja en la construcción durante las mañanas realizando algunas obras y por las tardes entrena a sus alumnos, la mayoría de ellos en preparación para participar en los juegos Conade y debutar profesionalmente.
También es padre de familia de dos menores –uno de ellos ya participa en la categoría alfiler– y junto con su esposa participa en proyectos para impulsar este deporte entre los jóvenes.