El pasado 2 de octubre, por tercera ocasión en el año, la selección nacional mexicana de gimnasia rítmica visitaba Israel, con el objetivo de realizar campamentos de entrenamiento, sin embargo, en esta ocasión todo fue muy diferente, pues mientras entrenaban con selecciones campeonas del mundo en el Centro del Alto Rendimiento, aproximadamente a 90 km de distancia, detonaba un conflicto bélico.
Esta delicada situación provocó angustia en nuestro país, debido a los numerosos mexicanos que se encontraba en ese territorio, entre ellos el equipo de gimnasia rítmica en el que se encuentra la xalapeña Kimberly Salazar López, deportista que entrena en el CNAR desde los 10 años de edad en la Ciudad de México, quien apenas el año pasado ingresó a la selección nacional mexicana con la que ya logró resultados históricos.
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En entrevista para Diario de Xalapa, Lizbeth López, mamá de la atleta, contó lo que vivió a partir de la noticia que dio la vuelta al mundo.
“La verdad fueron días de estrés y angustia, pero gracias a Dios ya salieron del territorio del conflicto, por eso ya nos sentimos más tranquilas”, expresó.
¿Cuándo llegó la selección mexicana de gimnasia rítmica a Israel?
Contó que el equipo llegó el lunes 2 octubre y el regreso se planeaba para el 16, por la concentración que realizaban con miras a los Juegos Panamericanos.
Al enterarse de lo que ocurría, dijo que tuvo comunicación con la entrenadora, “obviamente sí me espanté, hablé con ella y me decía que donde estaban todo estaba bien y que no pasaba nada. También le preguntaba a mi hija y me decía lo mismo que me calmara; ellas estaban muy tranquilas, creo que estaban muy concentradas en su trabajo, en su entrenamiento y como estaban en el Centro de Alto Rendimiento que está fuera de la zona de conflicto, no tenían conocimiento de lo que pasaba”, comentó.
Mientras se desarrollaba el enfrentamiento, las deportistas se mantenía entrenando, “así pasaron todo el viernes y sábado; el domingo se les dijo que ya estaba peor; pero ellas decían que no pasaba nada, y creo fue porque no dimensionan la magnitud, no estaban viendo redes sociales, no había gente alrededor que les dijera como estaba todo, hasta que les enseñaron los protocolos de seguridad, fue que reaccionaron”, platicó Lizbeth.
Contó que ya el domingo por la noche la angustia era mayor, pues sabían del peligro que representaba estar en ese lugar, “y fue que hablamos con la entrenadora y como ya les había dado los protocolos y enseñado los bunker, entonces estaba preocupada y nos dijo que iba a comenzar a buscar soluciones”.
La señora Lizbeth López, al ser juez internacional de este deporte, sabe que durante las concentraciones limitan a las atletas a las redes sociales y muchas cosas, “entonces no se daban cuenta de la magnitud hasta que llegaron los mismos de Israel a decirles del protocolo y fue que dijeron vamos a ver qué está pasando y se dieron cuenta realmente del peligroso, entonces pidieron ayuda”.
Y agregó: “Gracias a Dios las escucharon rápido. Mi hija, dos compañeras más y la entrenadora son militares y siempre estuvieron en contacto con ellas; pero cuando hacían contacto igualmente decían que estaban bien, entonces no habían puesto mucha atención, porque esa era la respuesta de todas”.
Siempre hubo comunicación, nunca se perdió, “y la entrenadora estuvo en contacto con nosotros, incluso se hizo una junta por Zoom para explicarnos lo que estaba pasando y que estaba hablando con Sedena, con gobierno, con Conade y con la federación para saber cómo las iban a sacar; ella nos informó todo para que no nos alertáramos”.
Agradece apoyo de la población
Por todo lo que se generó y el apoyo que recibieron dijo estar agradecida, “con Dios, con la gente que nos mostró su apoyo, mucha gente hizo oraciones, por eso damos gracias. Mi hija sabe que la amamos y que la estamos esperando. Esto las hará más unidas, más fuertes; es un equipo de guerreras, porque ellas no han dado un ejemplo de serenidad, de controlar emociones, de fortaleza, porque nosotros estábamos histéricos y ellas nos daban la fuerza”.
“También agradecer al Instituto de Tamaulipas que siempre estuvo al pendiente de mi hija, a Conade, Federación Mexicana de Gimnasia, Sedena y las personas que se unieron en oración a pedir que regresaran con bien. Hace unas horas salieron del territorio de Israel en un avión de la Fuerza Aérea Mexicana y al hacer escala en Turquía y saber que estaban fuera de peligro nos dio tranquilidad”, concluyó.