Desde hace más de seis años, Anahí Cortázar Benítez disfruta una vida llena de aventuras a través del senderismo y del montañismo, lo que además le ha permitido disfrutar de hermosos paisajes naturales y hacer más amistades. Una de sus metas es conquistar la cima del Pico de Orizaba.
Con orgullo, cuenta que previamente durante cuatro años participó en carreras y maratones en diversos municipios y estados, actividad que tuvo que hacer a un lado a causa de un problema en una rodilla.
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Anahí es originaria de la Ciudad de México y desde hace 30 años aproximadamente vive en esta ciudad. Para ella, fue triste dejar las carreras, pues su condición física era tal que le permitía recorrer hasta 35 kilómetros.
Posteriormente, conoció a una persona que la invitó a participar en caminatas y luego se integró a un grupo denominado Amigo del Sendero, con el que ha realizado travesías increíbles, tanto en Veracruz como en otras entidades.
Entre los recorridos que ha realizado en grupo, los paisajes de la sierra de Chiconquiaco la han dejado maravillada, al grado de que lo ha realizado tres veces y está dispuesta a recorrerlo las veces que sea posible con tal de vivir y gozar plenamente de la naturaleza y del aire puro.
La ruta más pesada en senderismo ha sido una que se lleva a cabo durante septiembre de cada año y que va de Tlacolulan a Tenochtitlan, por la zona de Misantla.
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Esa caminata no la ha podido terminar, pues se trata de un viaje que se lleva todo el día a través de la sierra; "muchos van, concluyen la ida, pero ya no regresan, pues es una caminata muy larga y pesada", sostiene.
Además del senderismo, Anahí práctica el montañismo. A ella le gustan las emociones y más si están acompañadas de hermosos paisajes naturales que solo pueden disfrutarse en los lugares más ocultos de la sierra.
Confiada en su capacidad y condición física, se ha fijado las metas de concluir el recorrido a Tenochtitlan y la de llegar a la cima de la montaña más alta de México, el Pico de Orizaba, por lo que no ha dejado de prepararse física y mentalmente para superar pronto esos retos. "Lo más que he subido en el Pico de Orizaba es hasta donde se encuentra el albergue; el año pasado planeaba subir a la cima, pero aún me faltaba preparación psicológica" sostuvo.
Sus actividades no terminan ahí, pues también da clases de zumba y desea adquirir una bicicleta para realizar recorridos y paseos urbanos.
Su esposo la ha acompañado en algunas rutas de senderismo y tiene dos hijos varones, a quienes también les ha inculcado la actividad física y deportiva para gozar de una vida sana. Uno de ellos, el mayor, estudia la carrera de Cinematografía y el otro desea estudiar Artes Visuales en la UV.