Córdoba, Ver.- Cuando se habla de futbol toda la atención se centra en los 22 jugadores que hay en la cancha a la hora del encuentro, pero pocas veces nos detenemos a pensar en una pieza clave del encuentro: el árbitro. Sin él ningún partido pudiera realizarse, pues ellos son los jueces del encuentro.
Y es precisamente esta posición la que Mauricio González Rodríguez ha jugado desde hace 22 años, cuando su pasión por el futbol y el amor por respetar las reglas lo llevaron a incursionar en el mundo de arbitraje, donde sin duda ha logrado obtener varias buenas experiencias.
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Para él, el arbitraje se convirtió en una forma distinta de disfrutar del futbol; cuidando que los jugadores realicen bien sus jugadas, que respeten las reglas del juego y sobre todo que disfruten de la competencia de una forma sana y de convivencia.
“Para mí ser árbitro me apasiona, lo hago por gusto y por placer, ahora ya no lo hago tanto como antes, pero me apasiona dirigir y arbitrar en diversos encuentros”, al detallar que a lo largo de estos 22 años de trayectoria ha tenido que aprender a conjugar la pasión de árbitro con su trabajo de abogado.
Aún así, dice, ha estado como árbitro en campeonatos nacionales y estatales, así como en la liga amateur de Córdoba y Orizaba, siempre buscando su profesionalización para poder estar a la altura de lo que se merece lo que podría ser el deporte más jugado a nivel mundial: el futbol.
Incluso recuerda que la última capacitación fue la que recibió hace unos meses en Córdoba y donde estuvieron presentes árbitros como Edgardo Codesal y Gilberto Alcalá, quienes compartieron parte de sus experiencias y vivencias dentro de la cancha.
“El árbitro es muy importante, sin él no hay quien dirija, no pueden jugar el encuentro, pues está pieza es quien da certeza de que el juego fue llevado con legalidad y esto es en todos los sectores, aunque eso si, el árbitro también es el más castigado y criticado por la afición”, cuenta.
No obstante, señala que a pesar de que en cada encuentro la porra de los equipos los techan de “vendidos” o de favorecer a determinado equipo, ser árbitro es algo que no cambiaria por nada, pues aunque si ha destacado como jugador, siempre su pasión será el coordinar el encuentro.
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Apunta que, pese a ser una pieza fundamental del futbol, un árbitro jamás recibe el valor que merece dentro del encuentro, pues siempre que se habla de futbol todo mundo se enfoca en los jugadores, sin reconocer el esfuerzo de quienes checando que se cumplan las reglas del juego.
(Publicada originalmente en El Sol de Córdoba)