“Mi medida es mi papá”: Vincent Mejía comparte su vida como padre, esposo, hijo y entrenador

Considera importante tener ejemplos a seguir para ejercer paternidades responsables positiva

Maribel Sánchez / Diario de Xalapa

  · lunes 17 de junio de 2024

A once años de debutar como papá, piensa que la familia es fundamental para sembrar valores, afecto y seguridad | Foto: René Corrales / Diario de Xalapa

“Aspiro a ser, por lo menos, la mitad de lo bueno que mi papá fue y es conmigo”, expresa en entrevista Vincent Santiago Mejía Hernández, profesor de educación física y entrenador de futbol, quien considera importante tener ejemplos a seguir para ejercer paternidades responsables positivas.

Acompañado de su hijo Ian, de dos años de edad, a Santiago se le ilumina la mirada cuando nombra a su papá, don Luis Alberto, y a su hija Zoé, gimnasta de once años que actualmente representa a Veracruz en los Juegos de la Conade, en Guadalajara.

De sonrisa constante y trato amable, Santiago considera ser una persona afortunada por haber crecido en una familia donde se supo querido, con un matrimonio ejemplar de trabajo, esfuerzo y amor, y anécdotas guardadas en la mente y el corazón.

“Un día mi papá me dio algo que yo quería, pero cuando lo tuve en las manos, ya no me gustó. Mi mamá, Lorena, me dijo que para comprarlo, mi papá se había estado yendo caminando a la casa para ahorrar y tener el dinero. Solo tengo respeto y gratitud”, declara.

¿Qué opina del feminismo y las paternidades?

En 2024, cuando el feminismo se ha encargado de nombrar y evidenciar la ausencia de los padres en gran cantidad de las familias mexicanas, el docente expresa sentir un compromiso con sus hijos con la claridad de querer contribuir a que sean felices, tengan metas en la vida y las puedan alcanzar.

“Yo siempre voy a estar para ellos. Cuando nació Zoé, comprendí que el reto a partir de ese momento era acoplar tiempos, pues mi vida ya no era mía, dependía de si ella estaba bien, de si hacía frío, de su salud…”.

Santiago considera ser una persona afortunada por haber crecido en una familia donde se supo querido | Foto: René Corrales / Diario de Xalapa

A once años de debutar como papá, piensa que la familia es fundamental para sembrar valores, afecto y seguridad. El juego, enfatiza, también es algo necesario.

“La manera en la que mis papás me trataron influye en cómo soy yo con mis hijos. Soy consciente de cómo uno, regularmente, sigue los pasos observados. Me doy cuenta con mi hijo, hago algo y él lo imita inmediatamente. Hay que cuidar los pasos porque hay alguien que los sigue”.

Hasta el momento, el entrenador deportivo también afirma tener la convicción de que las familias sanas son un soporte para la formación de mejores personas. Dice no poder asegurar si es mejor hacerlo en una familia tradicional o no, pero a partir de su propia experiencia, ve a sus hijos con una gran seguridad.

“Las veces que me ha tocado estar solo con el niño o la niña porque mamá salió, se vive de una manera muy diferente, y al revés. Si estamos los dos, se ve el cambio en el comportamiento. Mis hijos son muy seguros, y creo que es por la presencia de ambos”.

Santiago está casado con Julieta Pineda Melgarejo, “un gran apoyo, si no fuese por ella, nada de lo que es hoy, sería posible”, expresa con gratitud hacia su compañera de vida, quien trabaja y con quien se coordina para resolver las necesidades del día a día.

Ve como ejemplo a sus padres, quienes, rememora, se las ingeniaban para acompañarlos, para encauzarlos a él y a su hermano en los deportes, donde sacaban toda la energía.

“En mi núcleo familiar tengo las dos caras de la moneda, o no está el papá o la mamá, y la crianza, obviamente, es muy diferente. Cuando papá y mamá están juntos, y bien, sí se nota. Es importante la presencia del hombre”, puntualiza.

Como docente, dice observar muchos matrimonios separados con claras diferencias con respecto a los hijos que viven con ambos papás, y también, cuando aunque está el papá, solo hay presencia como proveedor.

“Mi medida es mi papá”

“Mi medida es mi papá, un hombre ejemplar. No sé si lo hago bien o mal, sin embargo sí sé que mi presencia está marcando una diferencia con mis hijos y siempre voy a dar lo mejor de mí. Uno quisiera siempre lo mejor para ellos y que lograran el estándar del éxito, pero hay que lidiar con soltarlos y seguir los pasos muy de cerca”.

Con su hija Zoé, dice ya experimentar el dolor de ver cuando las cosas no le salen como ella quisiera, pero la frustración, apunta, es parte de la vida. Hay un miedo, confiesa: “Mi temor es no impulsarlos como sí lo hicieron mis papás conmigo”.

Aunque por desarrollarse como entrenador personalizado sus horarios son variables, cree que si se hace el esfuerzo, siempre hay maneras de brindar tiempo de calidad.

Santiago considera ser una persona afortunada por haber crecido en una familia donde se supo querido | Foto: René Corrales / Diario de Xalapa

Santiago reconoce que el machismo sigue muy presente, pero en su generación se empiezan a notar los cambios, con una mayor aspiración a una paternidad responsable.

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A sus 31 años, señala que está cambiando la paternidad e invita a todos los papás a que se den tiempo de calidad con sus hijos.

“Hay días que estoy cansado, estresado, y días en que mis hijos no quieren, pero justo ese tiempo es el que va a marcar la diferencia, tanto para ti, por saber que lo estás intentando, como para ellos en el futuro, cuando en los recuerdos tú aparezcas allí, jugando, conteniendo, dando la seguridad que necesitan”.