¡Disciplina y enfoque! Así fueron los inicios del karate en Xalapa

La enseñanza del Karate en Xalapa llegó 12 años después de su introducción al país; donde los inicios se remontan a los años de 1958

Maribel Sánchez | Diario de Xalapa

  · viernes 13 de enero de 2023

Los inicios del karate en Xalapa se deben con la llegada del japonés Mikio Amano | Foto ilustrativa: Valtierra Ruvalcaba | Cuartoscuro

En 2023, quien esté interesado en aprender karate en Xalapa tiene una gran variedad de opciones, pero no siempre fue así y pocos saben que los orígenes de esta enseñanza datan de principios de 1970, con la llegada del japonés Mikio Amano.

José Zaydén, cronista emérito de la ciudad, formó parte del primer grupo de aprendices de este arte marcial y recuerda al senséi como un hombre profundamente disciplinado.

Durante su estancia de aproximadamente cinco años, el nipón compartió las bases del arte de autodefensa “camino de la mano vacía”. También creó el club “Nagare-Mono”, con 23 socios.

¿Qué muestras de karate se realizaban en Xalapa durante sus inicios?

“Amano era una leyenda y nosotros, los socios, pagábamos cinco pesos de mensualidad”, recuerda en entrevista José Zaydén, quien comparte que también había demostraciones en distintos lugares de la ciudad.

Una de las muestras que más impacto causó en la población considera que fue la de la ruptura de bloques de hielo en el Teatro del Estado Gral. Ignacio de la Llave, en la Semana Cultural México-Japonesa.

¿Pero dónde entrenaban? Las sesiones eran en el Gimnasio de la Universidad Veracruzana, frente a la Torre Cinética. ¡Sí! En Xalapa, en diciembre de 1971, fue inaugurada una torre que en esos tiempos era considerada una obra de vanguardia.

Aquella torre era una antena de estación de radio creada por el escultor y arquitecto Marcelo Román Morandín. Se trataba de una creación que conjuntaba luz y sonido, en un espectáculo que cientos de xalapeños disfrutaban al caer la tarde.

¿Cómo eran los entrenamientos de karate?

En esa zona, los jóvenes veinteañeros tenían sesiones diarias de dos horas, de lunes a viernes o incluso sábado, con la idea de que el color de la cinta no importaba, pero sí el conocimiento.

“Cuando iniciaba el entrenamiento ya no había bromas y estaba prohibidísimo reírse de algún compañero. Nos enseñó la palabra disciplina y a actuar con seriedad y enfoque. Logró que todos fuéramos grandes exponentes del arte marcial”, recuerda Zaydén.

Mikio Amano compartió las bases del arte de autodefensa | Foto: Cortesía | Kyokai Karate

Su discípulo menciona que era un filósofo que les daba lecciones de vida, “un hombre extraordinario, quien además disfrutaba y exploraba las artes plásticas. Era pintor”.

¿Qué ocurrió con el japonés Mikio Amano?

¿Pero qué sucedió con él? “Maestros de educación física muy celosos que veían cómo cada vez tenía más seguidores e iba expandiéndose generaron una grilla para deportarlo, pues dijeron que tenía una visa de turista y estaba trabajando y cobrando”.

En un acto que José Zaydén califica como “injusto”, Mikio Amano regresó a Japón, pero sembró en Xalapa la semilla del amor y respeto al karate.

De aquel primer grupo de aprendices hay varios fundadores de escuelas de karate y nombres como el de Carlos Ramírez Ruiz, quien llegó a ser presidente estatal de la Asociación Mexicana de Karate Do. También formó parte de la Selección Mexicana de Karate Do en 1977.

Una de las muestras que más impacto causó en la población fue la de la ruptura de bloques de hielo en el Teatro del Estado Gral. Ignacio de la Llave | Foto: Pixabay

Del artista y karateca japonés hay pocas imágenes, una de ellas es de Kyokai Karate-Do. En ella aparece al lado de Román Espinosa, considerado pionero del karate en la entidad.

De Amano no se sabe qué fue de su vida, pero Román Espinosa, maestro Shihan y fundador de Kyokai Karate, falleció en julio de 2022.

De acuerdo con datos históricos, a Xalapa la enseñanza del karate llegó 12 años después de su introducción al país; los inicios fueron en 1958, con Nobuyoshi Murata, quien además de desempeñarse como gerente de la empresa japonesa Takeda empezó a dar clases en su departamento del entonces Distrito Federal, pero esa es otra historia.