Boca del Río, Ver.- Sin previo anuncio un día se acabó el futbol en Veracruz y con esto se pausó la actividad comercial en los alrededores del estadio Luis El Pirata de la Fuente.
Para la gente ya solo es un recuerdo que vive en sus memorias, salir del coloso a festejar con un café, una torta, una cerveza o unos tacos que era lo que se comercializaba en la zona.
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Pocos negocios son los que sobreviven a esa época, muchos tuvieron que cerrar o cambiar el giro comercial porque aunque quedó la promesa de que el equipo regresaría han pasado cinco años y el futuro de este deporte permanece en la incertidumbre.
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La gente aún recuerda aquellos festejos de los seguidores del Tiburón, cuando las calles aledañas al estadio se convertían en ríos de aficionados que vestían de rojo para apoyar el equipo.
“Era una chulada cuando jugaba el Tiburón, todas estas calles se llenaban; le cuento que cuando jugaron en Ciudad Juárez, el Tiburón jaló 100 mil fanáticos, cosa que ni el América, ni las Chivas, ni el Cruz Azul, eran los tiempos de Dante Delgado, toda esta calle era una fiesta, en ese tiempo de la tiburomanía, la gente venía a dormirse aquí afuera para hacer fila y entrar al estadio pero eso ya es historia”, expresó Antonio Jiménez Cruz, taxista de la zona.
Héctor Miguel Medina, mesero de uno de los restaurantes que sobreviven en la zona, mencionó que muchos establecimientos cerraron porque la zona quedó en abandono tras la desaparición del equipo de futbol y que por un tiempo tampoco hubo beisbol.
Refirió que mientras estaba el futbol cada 15 días la gente se reunía en los alrededores para disfrutar con los amigos o la familia, previo al partido y una vez que concluía el partido regresaban a cenar, tomarse alguna bebida para intercambiar opiniones de cómo les había parecido el juego.
“Antes de entrar al partido venían y se tomaban su café y lo que tenía que comer y saliendo regresaban, se ponía muy bueno, se extraña bastante esa época, algunos negocios cerraron porque ya no había actividad futbolera”, manifestó.
Guillermo Arabilla, uno de los aficionados al balón pie confió en que con la construcción del nuevo estadio de futbol se pueda traer un equipo que reviva la emoción del futbol.
“Sí recuerdo esos momentos, era muy padre, la verdad se extraña, ojalá que lo reactiven”, señaló.
Actualmente, en la zona solo sobrevive un negocio de venta de tacos.
Sobre la avenida Paseo Jardín anteriormente había unos puestos de bebidas, pero ahora se encuentran dos restaurantes y hasta un colegio particular.
La tienda deportiva que existía en la avenida Jacarandas ahora es una juguería y el negocio que vendía tortas es un supermercado.