Maritza Yetzaly Hernández Salvador es una joven xalapeña de 21 años de edad que disfruta al máximo el taekwondo y lo hace porque no solo le da salud, también control mental, estabilidad emocional, disciplina y un sinfín de valores que aplica en su vida diaria.
Por lo tanto, día a día entrena para lograr la perfección que le brinde la oportunidad de alcanzar sus metas, entre ellas, lograr medallas en torneos de Universiada y federados, que seguramente pronto las conseguirá, pues es una atleta comprometida con sus objetivos.
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La deportista tiene el apoyo incondicional de sus dos hermanas, Yamile, juez de TKD, y Yenaletzy, entrenadora de poomsae en la Academia Nacional de Taekwondo KIIK. Además diariamente recibe aprendizaje del entrenador Juan Manuel Aguilar Molina, en la Academia Nacional de Taekwondo Zona Centro.
La estudiante de cuarto semestre de Educación Física en la Normal Veracruzana, inició en el TKD a la edad de 7 años en la escuela ANTKDCEDEX, y lo hizo por motivación de sus padres e impulso de sus hermanas y desde entonces ha logrado colocarse entre las mejores de la nación.
En los Juegos Nacionales de Conade logró llegar hasta la cuarta posición y logró ser parte de la selección estatal veracruzana y lo hizo con buenas actuaciones.
El año pasado fue su última participación en los Conade y se colocó en la etapa estatal; además participó en el evento nacional de taekwondo que se desarrolló en el Velódromo Internacional, en donde ganó medalla de bronce en la categoría -67 kg.
El gran trabajo que ha desarrollado por varios años le han dado la oportunidad de ganar aproximadamente 15 medallas y la participación en los estados de Puebla, Tlaxcala, Culiacán, entre otros más.
Estos logros para ella significan muchísimo, pero más por lo que ha logrado en su persona, pues asegura que ahora tiene mucha confianza en sí misma.
"Este deporte me ha dado muchas alegrías, vivencias y experiencia, pero más me ha ayudado a poder tener confianza en mí misma, me ha mantenido saludable, me ayuda mucho en la estabilidad emocional, por lo que digo esto para mí es muy bonito, porque me distrae, aparte que es un deporte que me gusta muchísimo", platico la deportista.
La historia comenzó en el dojo de la calle Acueducto de Xalapa
Recordó que fue su mamá quien la llevó a su primera escuela de taekwondo que se localizaba en la calle Acueducto, en donde aprendió cosas nuevas que le sirvieron para aplicar en la vida.
"Luego de qué terminé mi etapa en mi primera escuela, continué con mi hermana en su dojo que se encuentra en la Vasconcelos. Ahí me mantuve entrenando con ella, quien ha tenido buenos resultados en formas. Luego me cambié a mi escuela actual".
Ahora ya con el taekwondo como un estilo de vida, mencionó que desea llegar muy lejos hasta donde el cuerpo se lo permita, pues quiere reforzar sus conocimientos para representar a su universidad en eventos de Universidad, competencias que ya conoce.
Recordó cuando tuvo su participación en los Juegos Nacionales de Conade 2022, en donde dijo se colocó en la cuarta posición y aunque no ingresó al medallero, para ella fue una experiencia que jamás olvidará, por lo que dice recomendar a las personas practicar la disciplina que a ella la ha hecho muy fuerte física y mentalmente.
"El taekwondo me ha dado muchas vivencias bonitas, mucha experiencia, he conocido otros lugares y varias personas es por eso que yo recomiendo que lo practiquen. Algunos piensan que es un deporte violento, pero es todo lo contrario, pues al ingresar los entrenadores te muestran mucha disciplina, además jamás he conocido a una persona violenta que entrene el taekwondo, aparte te ayuda a tu bienestar físico, control mental y puedes tener convivencias con muchas personas, a mí me ayuda a poder expresarme y a tener más seguridad como lo dije anteriormente".
Maritza fue una de las voluntarias en el Grand Prix Xalapa 2024 que se desarrolló en el Estadio Xalapeño, en donde brindó apoyo en algunas áreas.
"Es la primera vez que ingreso de voluntaria a un evento como el que se desarrolló en el Estadio Xalapeño, y la verdad no me arrepiento, fue algo muy bonito. Muchos no querían asistir de voluntarios, pues no se recibe nada a cambio, pero al menos yo recibí mucha experiencia, hice muchas amistades, conocí a personas de varias partes del mundo, y sobre todo aprendí en las áreas que me colocaron, fue algo muy bonito", concluyó.