El pueblo de Sant Llorenç des Cardassar, epicentro de la tragedia, quedó devastado por las aguas de un torrente, normalmente seco, que se desbordó tras las lluvias y arrasó con todo a su paso.
La estrella del tenis Rafael Nadal, originario del pueblo vecino de Manacor, acudió a echar una mano durante "varias horas", indicaron a la AFP dos testigos Pedro Sánchez, vecino de Sant Llorenç, y José Daniel Capo, venido de los alrededores.
Numerosos vehículos quedaron completamente destruidos, montones de escombros y restos de muebles se apilaban en las calles convertidas en un lodazal, varios árboles habían sido arrancados y un pelotón de vecinos y voluntarios venidos de los pueblos cercanos achicaban el agua de las casas.
Situada a unos 60 km de Palma de Mallorca, capital de este archipiélago que el año anterior recibió 13,8 millones de visitantes extranjeros, la zona afectada cuenta con numerosos establecimientos turísticos.