Coetzala, Ver.- A menos de 40 minutos de Córdoba se encuentra Coetzala, uno de los 212 municipios de Veracruz con menor presupuesto, pero con una gran riqueza cultural e histórica, pues además de tener un alto porcentaje de población auto adscrita como indígena, también cuenta con una riqueza natural inigualable.
Y es que su ubicación geográfica permite que este municipio esté rodeado de cerros y montañas de gran verdor, lo que le permite ser casa de diversas especies de flora y fauna que han encontrado en esta zona un espacio ideal para subsistir y justo en medio de esa belleza natural, a menos de 20 minutos de la cabecera municipal, se ubica la Cueva del Sol.
La Cueva del Sol es un espacio natural que ha saltado a la fama por contar con pinturas rupestres que representan al sol, la luna y un escorpión, que dan fe de que en esta zona habitaron poblaciones originarias de nuestro país desde antes de la conquista y la colonización e incluso se presume pudo ser espacio de rituales ancestrales.
Y es precisamente en esta cueva que cada año la población de Coetzala realiza el tradicional ritual dé Xochitlallis el primer viernes de marzo, que consiste en ofrendar a la madre tierra diversos artículos obtenidos de ella misma para agradecer sus favores y pedir una temporada de cosecha positiva.
¿Qué actividades se pueden hacer en la Cueva del Sol?
Está belleza natural ha permitido que aficionados al turismo de aventura y al deporte extremo visiten este municipio para realizar su deporte, pues la misma composición de la cueva permite que la práctica del rappel o descenso controlado sea algo de lo más demandado, aunque siempre se ha pedido a los visitantes cuidar y preservar los vestigios que forman parte de la identidad de este pueblo.
A decir de autoridades locales, la cueva del sol forma parte de un conjunto natural digno de ser visitado, pues el camino desde la cabecera municipal a la cueva también ofrece un momento para conectar con la naturaleza, pues en la ruta hacia la cueva podrás apreciar postales naturales e incluso la oportunidad de avistar diversas especies de aves migratorias.
Pero sin duda el atractivo principal de la cueva son las pinturas rupestres colocadas sobre las paredes de la misma a más de 50 metros de altura, lo que abre la interrogante sin respuesta ¿cómo llegaron esas marcas hasta ese sitio? Pues prácticamente están ubicadas en espacios de difícil acceso aún en nuestros tiempos.
Algunos arqueólogos e investigadores han hecho diversos estudios sobre esta cueva y sus orígenes, sin embargo, es poca la información que aún se tiene de ella, solo que podría haber sido como un centro ceremonial natural para la realización de diversas ceremonias prehispánicas, pues dentro de la cueva existen además algunas rocas cuyo origen se desconoce.
Actualmente este espacio está abierto para todo aquel que desee visitarlo, aunque se recomienda dar parte a las autoridades locales para que hagan acompañamiento o estén pendientes de sus actividades para mayor seguridad.
Nota publicada originalmente en El Sol de Córdoba.