La ciudad de Xalapa cuenta con más de 350 inmuebles con valor histórico y arquitectónico, sus callejones son sin duda una historia aparte, leyendas y cuantos de hadas, que no siempre tienen final feliz, pero sin duda le dan ese toque mágico que toda ciudad necesita para ser un espacio turístico.
Comencemos con el callejón de la Calavera, que actualmente luce como en la foto de portada pero más adelante te mostraremos parte de los cambios que ha tenido a lo largo de los años, sin duda han sido muchos para llegar a este bello sitio lleno de historia.
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¿Estás listo para escuchar la historia? Si eres de los que se asusta fácil, no te preocupes esta leyenda claro que la puedes leer, es apta para toda la familia, lo que sí es recomendable que al llegar al momento donde se da el clímax, si la vas a contar en familia, no seas tan explícito.
La historia se da cita en la zona del parque Los Berros de Xalapa, frente a la parada del camión que está en la calle Salvador Díaz Mirón, junto a la escuela primaria que lleva el mismo nombre, existe una calle empedrada que conecta con la calle Juan de la Barrera, un de las llamadas “cerradas” porque puedes entrar en coche pero para salir lo debes hacer caminando o regresar por el mismo lugar ya que el resto del camino se hace a pie.
En esa zona, cuentan los que saben, existió una pareja que tenía muchos problemas ya que el marido sufría de alcoholismo, cosa que no le agradaba a su esposa la cual no tenía mucha paciencia, pero no era por el problema con la bebida, la mujer se había enterado por “rumores” que su marido podría haberle sido infiel, tema ya va más allá de sólo llegar borracho a casa.
Cuando los rumores se hicieron más grandes, la mujer no pudo esconder su enojo y comenzó a idear la manera de vengarse de su marido que la había “engañado” porque nunca comprobaron si era verdad.
Una noche en la que el esposo llegó borracho, su mujer se hartó, al pedirle que le hiciera de cenar, la señora de mala gana lo atendió y mejor le recomendó que se fuera a dormir, hasta le compró una botella para que siguiera tomando para que se durmiera lo más pronto posible.
No terminar de dar los primero ronquidos cuando la mujer, loca de celos, se fue al patio para levantar el hacha que tenían para ¡cortarle la cabeza! Cometido que logró sin dudarlo, pero no podría dejar el cuerpo ahí así que fue por una manta para envolver la cabeza, el cual que ya estaba separado y lleno de sangre a su alrededor lo enterró en medio de la casa.
La cabeza ya envuelta en la manta, llena de sangre, la guardó en un tenate (canasta de palma) y le puso cal, acto seguido, la puso debajo de la cama, muchos aseguran que la señora solo se limitó a decir “ya pasaste de tus “sueñitos” al sueño eterno”.
Los vecinos de la zona, intrigados porque ya no veían a la pareja, fueron a darle aviso al propietario del patio donde estaba el cuarto y le explicaron que ya nadie salía o entraba al cuarto; fue cuando dieron parte a la policía que de inmediatamente se dieron cita en el lugar.
Para su sorpresa, tras una revisión minuciosa, ¡encontraron el cadáver! Sepultado en medio del cuarto y la cabeza dentro de la canasta, aterrados por el hallazgo los elementos de seguridad quitaron los envoltorios y se dieron cuenta de que el cadáver estaba en estado de descomposición, prácticamente en los huesos.
Fue ahí cuando nació la leyenda del callejón de la Calavera.