Las manos de Carlos Alberto Gino Sosa, de 39 años, quien desde hace 16 años es ciego, hacen arte. Él trabaja haciendo vitromosaicos desde hace diez años. Explica que esta labor le permite ser una persona productiva, “la elaboración de un marco le puede llevar de dos a tres semanas de labor, pero me gusta que cada objeto tenga un poco de mí”.
Este joven oriundo de Gutiérrez Zamora ha aprendido un oficio que le permite ser independiente. Tímido de platicar sobre su trabajo, Carlos Alberto no deja su trabajo mientras concede la entrevista. Charla mientras acomoda las piezas de cristal con sus manos; toca las piezas pequeñas, percibe su tamaño y corte y la coloca para percibir si checa con las anteriores; “me gusta que cada pieza quede precisa; aunque cheque si no me agrada su figura no la pongo”.
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¿Cómo se hace un vitromosaico en Xalapa?
Él va armando una especie de rompecabezas con pequeñas piezas de vidrio hasta que se convierten en una obra de arte única. Recuerda sus inicios en este trabajo, “claro que me costó mucho aprender, pero con el paso del tiempo experimenté varias formas de hacerlo hasta que creo que lo perfeccioné por la experiencia”.
Su trabajo es puro tacto, nada más que a veces, como queremos dejar bien el trabajo buscamos que el vidrio quede bien, “este por ejemplo no me agrada, aunque quede bien, busco otra pieza que me agrade al momento de tocar su forma”.
Expresa que primero trabaja en elaborar el marco que utilizará y después viene el corte de los vidrios de acuerdo al tamaño del marco, “utilizamos medidas precisas y esa habilidad de cortar el material la obtuve tras varios años de trabajar este oficio”.
Al final del trabajo se hace un empastado y ya en eso lo ayuda algún compañero porque es un trabajo más laborioso, “pero yo nada más me encargo de pegar el vidrio y ya el compañero lo termina”.
Recuerda que él llegó a este trabajo porque alguien lo invitó “yo recibo un apoyo por mi incapacidad y fue que alguien me dijo que podía hacer esta labor si me interesaba y pues me gustó el trabajo y me quedé”.
Cada trabajo, claro que depende del tamaño del marco, le lleva dos o tres semanas, “disfruta ser parte de este centro de vitromosaicos porque entiendo que cada trabajo es una obra distinta”.
¿Cómo perdió la vista Carlos Alberto Gino Sosa?
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Recuerda que cuando tenía 16 años tuvo un desprendimiento de retina, se hizo chequeos médicos y le hicieron una cirugía de que supuestamente había quedado bien, pero al abrir su ojo surgieron otros problemas como cataratas y después otra operación y de ahí salió un glaucoma, que le provocó la pérdida de la vista”.
Durante 4 años estuvo en constantes tratamientos y comenzó a disminuir su vista, “ahora ya no veo nada, cuando llegué a este trabajo todavía veía un poco, pero hoy ya no”.
Indica que él se mueve solo, apoyado por su bastón va y viene a su trabajo, “soy una persona independiente, pero porque antes estuve en una escuela especial donde le enseñaron a moverse, yo venía de Gutiérrez Zamora y ahí aprendí la escritura en braille y a moverme con el bastón”.
Claro que no todo es color de rosa, dice, hay situaciones que lo entristecen y le complica caminar por la ciudad como son las banquetas que no siempre tienen la misma forma ni altura, pero la vida le ha dado la oportunidad de ser una persona productiva y eso no lo cambia, “porque disfruto mucho mi trabajo”.