La Covid-19 es una enfermedad emergente, que desde el 2020 ha cobrado millones de vidas, revelando ser una enfermedad viral muy contagiosa y de rápida transmisión persona a persona. Además de los síntomas documentados, se han podido detectar una serie de secuelas posteriores a esta.
Aunque el sector de salud tomó las medidas adecuadas, por el aislamiento obligado, nos preguntamos ¿Qué pasaba con las zonas urbanas y comunidades rurales? ¿Cómo lidiaron con esta enfermedad de tal magnitud ya que en algunas poblaciones no se tiene acceso a centros de salud?
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En Las Vigas de Ramírez, Veracruz, una población ubicada en la carretera Perote-México, el único Centro de Salud permaneció cerrado. Para tratar la Covid-19 y sus secuelas, los pobladores recurrieron a los médicos tradicionales locales, quienes conservan una gran tradición en el uso de plantas medicinales.
En el estudio etnobotánico que realicé para el desarrollo de mi tesis de licenciatura en Biología, mi experiencia al tener la oportunidad de entrar en la vida diaria de un médico tradicional fue reveladora, ya que, en medio de una pandemia, logré que me compartieran su conocimiento, sus experiencias, sus secretos y un par de risas.
La manera amable y afectiva en el trato con sus pacientes, la rapidez para identificar una especie botánica con nombre común, su conocimiento sobre las dosis, tratamientos y los riesgos; la empatía instantánea que se genera al ver la conexión con la naturaleza y cómo se vuelve el factor principal de su vida diaria.
Doña Irene, una de las médicas que entrevisté, me mostró su jardín medicinal y me acompañó a recorrer los alrededores para buscar otras especies que no había en su casa. El estilo de vida de cada médico es diferente, y respecto a sus familias, pude observar que, en general, los integrantes no tenían interés en continuar con esta labor comunitaria de su madre, abuela, tía, etc.
En el caso de Doña Meche, la médica tradicional con más experiencia debido a su edad (74 años) me compartió su experiencia respecto a la COVID-19, que, a pesar de no tener la certeza de los síntomas asociados o sus secuelas, esto no fue una barrera para priorizar el bienestar y la salud de sus pacientes.
Las plantas medicinales que coincidieron las 4 sabedoras en su uso, fueron el estafiate (dolor de cabeza), escobo (fatiga), poleo blanco, eucalipto (alteración del gusto/olfato), espinosilla (dolores musculares), toronjil (dificultad para dormir), y el gordolobo y vaporub (tos seca). Siendo las principales afecciones y secuelas registradas con mayor presencia.
Esta investigación me permitió confirmar que, la población continúa acudiendo a los médicos tradicionales locales, destacando el uso de las plantas medicinales para contingencias actuales como son las afecciones asociadas a las secuelas de la Covid-19.
*Centro de Investigaciones Tropicales, Universidad Veracruzana