Vivimos en una era donde tenemos toda la información al alcance de nuestra mano, Internet nos ha abierto la puerta a toda clase de contenido; sin embargo, al ser tanta información nos es imposible procesarla toda, lo que nos expone al contenido engañoso y manipulado, como las noticias falsas o fake news, a este fenómeno se le conoce como infodemia.
La infodemia genera desinformación, un problema muy serio que puede llegar a matar. No vayamos muy lejos, durante la pandemia hubo personas que perdieron la vida por consumir productos químicos como el dióxido de cloro para supuestamente curar la Covid-19. Esta sustancia se usa en la industria para blanquear el papel y como desinfectante en las plantas de aguas negras, pero no se recomienda tomarse directamente.
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De acuerdo con un artículo científico de la revista Medicina Interna, desde 2011 se han reportado anualmente unas cinco exposiciones a este químico, en el 85% de los casos, las personas presentaron signos de intoxicación al instante o durante las primeras 24 horas, mientras que el 25% tuvieron que ser hospitalizadas.
En 2020, un niño de 5 años murió en Argentina después de que sus padres le dieran dióxido de cloro para prevenir que se enfermara de coronavirus; en ese mismo país, un hombre de 51 años murió después de haber tomado litro y medio de esa sustancia durante dos días. Según especialistas, el consumo de estos productos puede dañar los intestinos y provocar diarreas muy fuertes, también afecta al corazón, los pulmones y en otros casos provoca la muerte.
Todos en mayor o menor medida estamos expuestos a la desinformación, y las redes sociales son un medio muy común para difundirla. Para no caer en el engaño, es muy importante verificar la información antes de compartirla, y reconocer aquella que esté verificada de la que es engañosa, pero ¿cómo?
¿Cómo verificar la información que recibo por vía del Internet?
Un buen comienzo sería revisar de dónde viene la información; si se trata de una cadena de WhatsApp o un post de Facebook, lo mejor es verificar su contenido en páginas oficiales del gobierno, de organizaciones internacionales, un medio de comunicación reconocido o asegurarse que el especialista que citan como fuente es realmente experto en el tema.
Si una noticia suena exagerada o demasiado buena para ser verdad, probablemente es falsa. Revisa la fecha de publicación, una noticia fuera de contexto también es desinformación, lo mismo puede pasar con imágenes, audios y videos.
La desinformación nos perjudica a todos, puede usarse para provocar caos y manipular a las personas, hay quienes se aprovechan del dolor y la necesidad de otros para ganar dinero, poder o solo tener sus cinco minutos de fama. Si hacemos caso a los engaños o nos dejamos llevar por la desinformación podemos tomar malas decisiones que nos dañen a nosotros y a nuestros seres queridos.
*Estudiante de la Maestría en Estudios de la Cultura y la Comunicación. Universidad Veracruzana