Mejorar la salud de una manera sencilla y gratis es posible mediante los abrazos. Académicos del Instituto de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana (IICE) invitan a la población a ponerse cariñosa.
Entre los muchos beneficios que tiene esta acción enumeran la reducción de los niveles del cortisol (hormona del estrés), así, quien reciba o dé un abrazo por la noche podrá dormir mejor.
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¿Qué otros beneficios tiene el dar abrazos?
Además, al abrazar y recibir el abrazo también aumenta el bienestar y el placer, pues el cerebro libera las hormonas de la felicidad (endorfina, serotonina, dopamina y oxitocina).
Por si no fueran suficientes motivos, el abrazo activa el proceso de buena salud mental. Y es que la disminución de niveles de dopamina están relacionados con una variedad de enfermedades mentales como la esquizofrenia, la depresión y la adicción.
En la 16ª Semana Mundial del Cerebro, científicos informan que los abrazos reducen la presión alta y regulan los latidos del corazón. Además, aumentan los niveles de oxitocina (hormona del amor).
Los estudiantes del Doctorado en Investigaciones Cerebrales promueven los abrazos a libre demanda, ya que ayudan a combatir las infecciones a través de la regulación del sistema de defensa del cuerpo.
¿Por qué hay tantos beneficios? Explican que el tacto es el primer sentido en funcionar en un bebé, incluso antes de nacer. Tocar regula los latidos cardiacos e influye en el buen desarrollo cerebral.
“Cuando alguien nos abraza, en nuestra piel se activan unas fibras nerviosas llamadas c-táctiles que envían señales a través de la médula espinal hacia diversas áreas del cerebro, las cuales están asociadas con sentirse bien”.
¿Qué son las neuronas espejo?
Tú, ¿cuántos abrazos das o recibes? Si no acostumbras ser afectivo, la sugerencia de los integrantes del IICE-UV es iniciar esta buena práctica, así como saber cómo funciona la empatía.
Para tener mejores relaciones sociales indican que es importante conocer a las neuronas espejo; estas fueron descubiertas por casualidad en macacos que observaban e imitaban movimientos. Ahora se sabe que también existen en los humanos y fueron esenciales en el desarrollo evolutivo.
“La activación de estas neuronas permite que una persona comprenda el estado emocional de otra y responda apropiadamente, lo cual es crucial para las relaciones exitosas”.
La empatía se da cuando las neuronas espejo se activan y permiten sentir y lograr una conexión emocional con los demás. Ellas forman redes neuronales esenciales para aprender por imitación y observación.
A lo ya mencionado, hay una información extra, la divulgación de qué es el “apoyo social percibido”. De acuerdo con los expertos, es la valoración subjetiva de la cantidad y calidad de ayuda psicológica, física, instrumental, informativa o financiera que proveen familiares, amigos, vecinos u otros miembros de la comunidad.
Este apoyo –revelan– tiene un efecto amortiguador frente a los problemas de vida y se considera un protector de buena salud.
“Practicar el contacto físico, el contacto visual, la empatía, la comunicación asertiva y vínculos profundos con los demás, participando, escuchando, ayudando y compartiendo, pueden elevar el apoyo social percibido y el bienestar, así que hay tarea pendiente para todas las personas”.
¿Cuáles son los beneficios de la música?
Por los efectos benéficos a nivel cognitivo, motor y social, la música podría ser incluida en la lista de artículos de primera necesidad, expresa Jorge Manzo, académico del Instituto de Investigaciones Cerebrales de la Universidad Veracruzana.
El doctor en Ciencias Fisiológicas apunta que la música no está en la lista de productos de la canasta básica, pero tiene todo para ser incluida, tal y como sucede con la vivienda, la ropa y la educación.
¿Por qué tiene esta convicción? Entre otras razones, explica que la música promueve la plasticidad cerebral, es decir, moldea el cerebro y se puede aprender mejor.
Además, estimula el cerebro social, fundamental para la convivencia en la comunidad. Por si fuera poco, la estimulación musical cambia las respuestas motoras y permite hacer movimientos complicados –bailar–, y al contacto con el hipocampo, activa la memorización.
“La música es un estímulo tan potente que puede hacer que todo el cuerpo se mueva”, expresó en conferencia magistral programada en la 16ª Semana Mundial del Cerebro.
Cuando alguien escucha música, las áreas del cerebro se conectan unas con otras, como si mediante largos cableados recibieran señales eléctricas; es tan potente, que puede prender prácticamente todas las áreas del cerebro.
Por eso, detalla el científico, cuando se activa la corteza prefrontal que controla la conducta emotiva, se puede experimentar tristeza, alegría o cualquier otra emoción.
¿Toda la música tiene el mismo proceso de entrada y estimulación cerebral? En la mejora del aprendizaje, hasta el momento solo está confirmado el efecto de las obras del compositor austriaco Wolfgang Amadeus Mozart.
En lo social, los antros y la música que allí se escucha, dice el integrante de la Academia Mexicana de Ciencias, pueden dar la respuesta. Lo que sí llama a tomar en cuenta es que muchos decibeles afectan la puerta de entrada al cerebro, que es el tímpano, por lo cual el volumen debe ser moderado.
Cáncer y autismo
De entre los avances sobre el estudio de la estimulación cerebral, Jorge Manzo cita a algunos de sus colegas, quienes han hallado beneficios para enfermos de cáncer.
Comparte que hay personas con dolor crónico que tras recibir estimulación musical manifiestan reducción del dolor sin necesidad de fármacos. También, personas que viven con trastorno del espectro autista experimentan regulación de la frecuencia cardíaca solo con escuchar música.
¿Pero qué es la música? Jorge Manzo detalla que es un sonido, una vibración que viaja a través del aire mediante ondas que llegan al oído. Hay diferentes tipos de ondas pero en general viajan a 343 metros por segundo.
Aunque sí existen otros sonidos más bajos o altos, el oído humano solo tiene la capacidad de escuchar ondas desde las 20 hasta las 20 mil ondas hertz.
Las ondas entran al canal auditivo y pegan en el tímpano; es la membrana que va a vibrar con todas las frecuencias que lleguen. Hasta allí entra el aire.
¿Qué pasa después del tímpano? Las ondas producen otras ondas que van directo al cerebro; transformadas en onda eléctrica –microvolt– inician la comunicación prácticamente con todo el cerebro e inicia el cambio en la fisiología.