¿Cuántas veces al día cruzas por el parque Juárez, el camellón de la avenida Xalapa o alguna área verde?, ¿logras escuchar las aves?, ¿sentir el viento?, ¿respirar aire fresco? Pues eso, aunque no nos percatemos, es un privilegio.
Xochitl del Alba León Estrada y René Murrieta Galindo, investigadores de El Colegio de Veracruz (Colver), forman parte del proyecto Funcionalidad Socioecológica de las Áreas Verdes Urbanas Neotropicales de Xalapa, que se realiza en conjunto con investigadores de la Universidad Veracruzana.
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León Estrada y Murrieta Galindo se centran en investigar cuál es la importancia de las áreas verdes más allá de que son un reservorio ambiental, sino como un lugar donde se realizan conexiones culturales y sociales.
“El proyecto por nuestra parte es tratar de ver la percepción que tiene la sociedad de las áreas verdes, queremos ver desde el marco normativo, patrimonio, género, actitudes, conocimiento, todas las formas en las cuales las personas interactúan con éstas”, indica René Murrieta.
Señala que es fundamental que las personas definan qué es para ellos un área verde y además conozcan que hay en ellas, que obtiene, para de esta manera darle un valor y así cuidarla.
“Se trata de que las personas puedan llegar a empoderarse de las áreas verdes urbanas, puedan llegar a entender desde la parte legislativa, desde las políticas públicas, qué es lo que ellos pueden hacer para contribuir a fortalecer el cuidado de las áreas verdes, cuáles son los derechos que tienen ellos sobre éstas”, expone.
El investigador de El Colver considera que Xalapa es un sitio privilegiado porque si bien tiene la característica de que su vegetación es todavía abundante, también ha sido muy transformada, por lo que urge revisar los planes de manejo que se llevan a cabo en esas áreas verdes y reforzar la educación entre la población.
“Un camellón es un área verde, la gente no lo percibe porque cada día pasa por ahí y se le hace normal lo que ve: una ardilla, un ave; pero no sabe el valor que tiene que esté ahí esa ave, se dan una serie de interacciones muy interesantes que la gente desconoce y que si lo hiciera podría apreciar el lugar donde vive”, indica.
Las áreas verdes urbanas en Xalapa, puntualiza el investigador “son un privilegio que tenemos que cuidar, conservar y que dependemos de ellas”.
ÁREAS VERDES, USADAS PARA DELINQUIR
Para la doctora Xochitl del Alba León hay diversas aristas que entran en juego al investigar las áreas verdes desde el punto de vista social, por ejemplo, su importancia como patrimonio y su incidencia en la equidad de género.
“Hemos visto que en los últimos años los espacios de las áreas verdes se han aprovechado para delinquir, y muchas personas, sobre todo las mujeres, estamos cada vez yendo menos a estas zonas por el riesgo que representan”, expone.
La investigadora detalla que muchas de las entrevistadas para el proyecto manifestaron haber sido víctimas de algún delito, lo que está restringiendo la asistencia de las mujeres a las áreas naturales.
“Sabemos que generalmente son quienes están más al pendiente de los cuidados, tanto de los adultos mayores como de los niños; cuando una mujer se siente amenazada en un área verde por consiguiente no llevará ahí a sus hijos o no acompañará a un adulto mayor por el riesgo que representa; entonces eso pone en desventaja a las mujeres a limitarle espacios donde pueda interactuar”, puntualiza.
La doctora sugiere que bajo esta perspectiva de género “se trata de ver cómo estos espacios pueden ser apropiados por las mujeres y para las mujeres como generadoras de estos vínculos con otros grupos sociales que confluyen en estos sitios y también como espacios de identidad cultural e histórica”.
En otro rubro agrega que la función que tienen las áreas verdes, independientemente de la función ecológica, es que también una función social y cultural, “porque son espacios de convivencia, pero que desafortunadamente se están perdiendo poco a poco y una de las cosas que nos ha enseñado el Covid en lo que va de la pandemia es que necesitamos de estos espacios para sentirnos un poco libres para respirar, para convivir, para salir de esta rutina en la que tenemos más de un año de estar en casa”.
Indica que por un lado tenemos esta necesidad humana de salir, de esparcirnos, de apropiarnos de estos espacios públicos, “pero también tenemos por el otro lado el que cómo nos vamos a apropiar de un espacio público que ya ha sido tomado por otras personas no para fines recreativos sino para delinquir, y lo hacen porque no tienen la suficiente seguridad, alumbrado, etcétera”.
EL VALOR REAL
León Estrada abunda en que es necesario percatarse de que las áreas verdes no sólo valen por su conservación ecológica, sino porque permiten construir lazos comunitarios.
“Tenemos que mirarlos como paisajes naturales pero también como paisajes culturales en los que no nada más va una a recrearse o a hacer ejercicio, sino también a consolidar lazos de comunidad, de cooperación con tu vecino, con las mismas áreas verdes que son representativas de una ciudad”, señala.
“En el caso de Xalapa—indica la investigadora de El Colver—es interesante el valor histórico que tiene el parque Juárez, el cerro del Macuiltépec; porque son construcciones culturales no recientes sino de hace mucho tiempo que tienen que consolidarse, porque si llegamos a perder estos espacios perdemos parte de la identidad como sociedad y de Xalapa como ciudad; porque si algo ha destacado a Xalapa a nivel nacional e internacional es que es una de las ciudades más verdes que tenemos en México”.
De tal forma que es necesario abordar la sustentabilidad de las áreas naturales no solo bajo una cuestión ecológica y ambiental, sino con generador de valores sociales que van a unir a la población.
A ese respecto el doctor René Murrieta indica que la gente sí está dispuesta a llevar a cabo acciones de educación ambiental, “pero no sólo es la educación ambiental sino la cívica, la relación de nosotros como seres humanos, como especie, con la coexistencia de otros organismos que habitan en las áreas naturales”.
Indica que para ello las personas deben saber qué función cumplen las áreas verdes en la ciudad y en su vida.
“La gente sí entiende la importancia, pero muchas veces no sabe cómo ellos, como ciudadanos, pueden contribuir a cuidar las áreas verdes. El derecho humano a tener un ambiente sano es también parte de la voluntad de todos y de respetar los reglamentos y leyes; no se busca castigar a las personas, sino hacer un llamado de atención y educar en cuestiones de sustentabilidad, equidad de género, control de animales ferales y no nativas”, explica.
Ante ello, agrega que debe plantearse como sociedad una nueva concepción de cómo relacionarse: “replantearnos la forma de consumir, de interactuar; realmente no valoramos lo que tenemos hasta que lo vemos perdido, parece una frase trillada, pero es la verdad. No logramos ser empáticos con los otros organismos con los que estamos interactuando y que ellos siempre han estado. Ahora estamos llenos de concreto y varilla, pero también hay que recordar que ese tampoco es el hábitat del ser humano, sino que siempre se ha estado en contacto con la naturaleza”.
Finalmente la doctora Xóchiltl de León asevera que es necesario entender que no sólo se trata de la conservación de plantas y animales, sino también el sentido de comunidad, ver las cosas en colectivo, preguntarse no en qué me beneficia a mí como persona, sino cómo me beneficia como parte de una sociedad.
“Veamos a las Áreas verdes urbanas como paisajes patrimoniales, hay mucha importancia para el desarrollo sostenible, porque además de lo ecológico representan historia, cultura y una oportunidad para mejorar nuestra calidad de vida”.