Mirar al cielo es mucho más que admirar los cuerpos celestes que titilan durante la noche, es una forma también de imaginar y preguntarse acerca de quienes somos, un momento en el podemos maravillarnos y reflexionar.
Julio Rafael Baizabal Hernández, maestro en Ciencias en Física Educativa, docente y divulgador de la ciencia, indica que durante el proyecto astronómico Ityi Kimi (Camino de estrellas), realizado durante noviembre y diciembre de este año en ocho comunidades del estado, los menores y jóvenes tuvieron la oportunidad de observar a través de un telescopio qué pasa en el espacio y maravillarse, pero también tener un contacto real con la ciencia.
Leer más: Ciencia: por mitos la gente teme a la ciencia
“Este tipo de proyectos van más allá de que queramos que todos sean científicos, porque además no sería factible porque necesitamos de todas las ramas del saber; se trata de que ellos aprendan de la ciencia a observar, a cuestionar, a formarse un pensamiento crítico, y que sepan que no tienen que aceptar las cosas como ya les son dadas”, indica Baizabal Hernández.
El proyecto Ityi Kimi, realizado con apoyo de la Unión Astronómica Internacional bajo el proyecto educativo Open Astronomy Schools, se aplicó en comunidades de Oaxaca y Veracruz: Totontepec, Tlahuitoltepec, Ojo de agua, San Juan Mixtepec, Abasolo del Valle, Nuevo Ixcatlán, El Nigromante y Tequila, a donde se llegó con la finalidad de instalar un telescopio, capacitar sobre su uso y realizar una charla sobre la importancia de la astronomía.
LA CIENCIA NOS APORTA MUCHO
El divulgador indica que el contacto con las personas a través de los talleres es enriquecedor, porque es ahí en la práctica donde se puede contextualizar temas de ciencia.
“Se dan cuenta que la ciencia nos puede dar beneficios y nos da de hecho muchas comodidades, y es a través de los talleres como se puede demostrar de manera sencilla la utilidad social de la ciencia, al final el objetivo es generar un pensamiento crítico, no queremos generar puro científico, que tampoco sería viable, necesitamos de todas las ramas del conocimiento, tiene que haber un equilibrio entre todo”.
Agrega que con la divulgación de la ciencia lo que sí es posible es “generar un pensamiento crítico con el que las personas puedan hacer una toma de decisiones más consensuadas, que piensen un poquito más a la hora de decidir, debatir lo que se les ofrezca, que no crean todo lo que les dicen, si no que cuestionen”.
Baizabal Hernández acota que si bien no hay una receta para obtener un pensamiento crítico, “lo primero que se tiene que hacer es contextualizar como divulgador y no llegar con este espíritu de ‘ah yo les vengo a enseñar cómo pensar porque ustedes no saben’, porque esa no es la forma, debemos saber a qué público vamos a llegar, cuál es su realidad, edades, etcétera, y a partir de ello crear estrategias para tratar de crear nuevos patrones mentales, comunicar algo que pueda crear un impacto, no sólo se trata de decir ‘sé esto y te lo voy a enseñar’, sino llegar a platicar y decir ‘¿conocías esto?, tal vez podría ser una herramienta para ti para resolver tu conflicto, tu problemática’, y es a partir de esa solución de esa problemática que las personas pueden empezar a crear otro tipo de razonamiento, y que ellos enciendan esa chispa de que hay más allá de lo que parece y cuestionar, no aceptar todo como verdad y cuestionar a quienes quieran imponerles algo para tomar mejores decisiones en general”.
DIVULGACIÓN, CENTRALIZADA Y SIN RECONOCIMIENTO
Para Julio Baizabal el camino de la divulgación inició en 2014 con un taller que impartió en el marco del aniversario de Radio Teocelo; ahí, de manera independiente, se dio a la tarea de buscar materiales y recursos para llevar a cabo un taller de ciencia para niñas y niños.
Indica que poco a poco comenzó a percatarse que la labor de la divulgación es compleja porque nace por el gusto y compromiso personal de despertar interés por la ciencia pero que no recibe apoyos institucionales, se le ve como una actividad altruista, por lo que los divulgadores independientes deben tocar muchas puertas para conseguir los materiales para realizarlos, contar con algún tipo de remuneración económica es solo un sueño.
Critica que en contrapartida a nivel de universidad, gobiernos e instituciones dedicadas a la ciencia haya una simulación, pero no un compromiso real por divulgar.
“Llegamos a las comunidades y las personas estaban agradecidas porque los eventos se dan en la capital de los municipios, de los estados, del país; quienes hacen divulgación en los centros de investigación no salen de su zona de confort, y nada más les dices que hay que ir a una comunidad que está a 15 minutos y ya te dicen que lo van a pensar; y ahí hay una crítica a los centros, preguntarles si de verdad hacen divulgación o sólo lo hacen para llenar los puntitos que pide el Conacyt”, añade.
Baizabal sostiene que debido a su experiencia buscando enlaces y apoyos para hacer divulgación ha constatado que en los centros y comités de ciencia oficiales priva “el amiguismo” para dar apoyos o incluso tan sólo atender una llamada telefónica.
“Comités de Ciencia y tecnología de los gobiernos no hacen nada, te dicen que van a apoyar y al final no lo hacen; el Coveycidet es un elefante blanco que cobra y no hace nada; y pues al final esa falta de apoyo ha tenido que ser un motor para hacer divulgación de manera independiente, a través de mi página Neurona Red, con colaboradores de otras partes del país e incluso del mundo, a quienes les muestras el proyecto y quieren apoyar”. Agrega.
Indica que a esta situación se suma el centralismo tanto de los recursos que a nivel federal desde el gobierno se bajan para ciencia y divulgación de la ciencia como las mismas actividades, que no llegan a las zonas rurales.
Al final el trabajo que se ha venido haciendo con Neurona Red es lejos de la ciudad, donde la comunidad agradece que lleves esos talleres
Finalmente, Baizabal reflexiona que es la sociedad la que debe organizarse de manera voluntaria, tejer redes, intercambiar conocimientos y generar las condiciones para abonar llevar la divulgación científica a más lugares. Por tanto, invita a interesados a sumarse a los proyectos, conocer los cursos sobre astronomía, física, química e incluso asesoría para adquirir un telescopio a través del Facebook Neurona Red o AstroProf Julio Baizabal.