Xalapa, Ver.-Leticia Margarita Cano Asseleih, investigadora del Citro de la Universidad Veracruzana (UV), publicará este año el libro Herbolaria de los Tének de Veracruz: Plantas utilizadas para afecciones de la mujer, que surgió gracias al conocimiento que con ella compartió la partera tradicional Antolina Esteban del Ángel.
La química farmacobiologa por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y doctora en farmacognosia por la escuela de Chelsey en Londres, explicó que en la zona tének de San Francisco, municipio de Chontla, Veracruz, por cada familia había una partera, de ahí su interés por las plantas medicinales usadas para curar afecciones de la mujer. “El proyecto surgió a raíz de la información de la abuela Nina, partera y médica tradicional, que se especializa en el tema de la salud de las mujeres”.
Precisó que entre sus líneas de investigación en el Centro de Investigaciones Tropicales (Citro) de la UV, está el estudio de las plantas que pueden coadyuvar en afectaciones de cáncer, principalmente de próstata que se ha estado incrementando en las sociedades modernas. Una de estas plantas es la vainilla, que es muy utilizada en temas de salud, porque tiene efecto ansiolítico, es relajante, su aroma ayuda mucho y tiene algunos componentes que tienen acción antiinflamatoria, antioxidante y anticancerígena, esos son temas de mucho interés para los trabajos en laboratorio, precisó.
Asimismo trabajan en la conservación de las especies endémicas que están en peligro de extinción o en riesgo porque su uso ayuda a que vayan desapareciendo, sin embargo la idea es conservarlas.
Herbolaria de los Tének de Veracruz
En el libro Herbolaria de los Tének de Veracruz: Plantas utilizadas para afecciones de la Mujer, pequeño relativamente, porque sólo se mencionan alrededor de 26 plantas medicinales que se utilizan para la atención del parto. “La idea es que las mujeres teniendo una estructura diferente al hombre, al ser la que gesta, tiene afecciones propias, por lo que es muy importante el cuidado que se da durante el alumbramiento.
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Algunas de las plantas que se indican en este trabajo son principalmente para ayudar a la parturienta a recuperarse; muchas de ellas se utilizan para el baño postparto, con hierbas relajantes que ayudan a que la mujer se tranquilice y relaje y a que se desinflame, por lo que se le indican los baños y la ingesta de un poco de la infusión que se prepara.
Indicó que una de las principales plantas que se utilizan es el mohuite, cuyos estudios químicos farmacobiologicos que forman parte de la literatura científica han corroborado su acción relajante, ansiolítica, antiinflamatoria, por lo que tiene sentido su uso.
Opinó que la experimentación que han hecho los médicos tradicionales a lo largo de los siglos no sea en vano, aunque generalmente no se valore ese conocimiento.
Recordó que la investigación se realizó en la comunidad de San Francisco, Chontla, porque a pesar de ser pequeña con alrededor de mil 600 habitantes, había prácticamente una partera en cada familia.
En el estudio que se realizó entre 2012 y 2014 se encontró que había muchas parteras, algunas con mucho reconocimiento y prestigio fuera de su comunidad. Hoy hay menos, pero siguen siendo muchas. La abuela Nina es una de las más prestigiadas y atiende los nuevos nacimientos, así como las enfermedades propias de esa etapa de las mujeres, añadió.
“No todos los países tienen esta herencia cultural, la verdad es que somos muy afortunados, porque en las comunidades indígenas más aisladas existen curanderos auténticos que inclusive ni cobran, pues el pago que reciben es en especie y algunos no aceptan pago, ya que sólo curan por el gusto de hacerlo”, indicó.
En ese contexto, concluyó que su interés en estudiar algunas comunidades indígenas se debe a que en éstas aún se conserva ese conocimiento muy antiguo que ha sido producto de mucha experimentación humana y observación de esas personas que tienen ciertos dones y que pueden entender que las plantas funcionan aliviando muchos males de su pueblo.
Partiendo de que hay zonas y grupos indígenas que no se han estudiado, este es un aspecto importante del proyecto del Citro al revisar las floras medicinales indígenas como es la tének de la región Huasteca del norte de Veracruz, concluyó.