Producimos este oro líquido, pero casi no lo consumimos

Gracias a su trabajo se obtienen productos que tienen un impacto económico, como la miel, el propóleo, la jalea real y el polen

Cynthia Sánchez | Diario de Xalapa

  · sábado 31 de julio de 2021

Celina Tirado Piña, coordinadora del Módulo Apícola de la Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria/Foto: Cortesía | Entrevistada

Cuando vemos una abeja entrar por la ventana de nuestra casa, el primer impulso es temer una picadura e intentar matarla; lo que no sabemos es que ese pequeño insecto lleva volando al menos ocho kilómetros en busca de alimento.

Las abejas tienen diversas características dignas de admirarse, señala Celina Tirado Piña, coordinadora del Módulo Apícola de la Facultad de Ingeniería en Sistemas de Producción Agropecuaria (FISPA) de la Universidad Veracruzana (UV), ubicado en Acayucan.

Tirado indica que estos pequeños animales son muy organizados, cada uno cumple un papel dentro de la colmena y son puntuales para realizar esa tarea.

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

Otra característica es que son solidarios, se cuidan entre ellas y procuran tener una buena salud. “Si como seres humanos emuláramos a las abejas, tendríamos otro tipo de sociedad”, indica Tirado Piña.

Miel que vale oro

Si bien las abejas no son lo únicos polinizadores, sí se les considera los más importantes, esto debido a que no sólo ayudan a la biodiversidad sino que gracias a su trabajo se obtienen productos que tienen un impacto económico, como la miel, el propóleo, la jalea real y el polen, explica la maestra en Ciencia Agropecuarias.

Tirado indica que la apicultura —la técnica de criar abejas para aprovechar sus productos— es una producción sustentable, contribuye a la seguridad alimentaria, es el sustento de muchas familias, genera divisas a nuestro país, contribuye a una sana alimentación e incluso previene algunas enfermedades.

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

Agrega que en el país 43 mil familias dependen de la apicultura, se generan más de cien mil empleos directos y las 2 millones 172 mil 107 colmenas que se tienen registradas producen 61 mil toneladas de miel, de las cuales se exportan 33 mil toneladas, lo que sitúa al país como el noveno productor internacional, generando con ello 120 millones de dólares, siendo Alemania y Reino Unido sus principales compradores.

Tirado Piña explica que la apicultura es una producción sustentable, pues, por ejemplo, para mantener un apiario con 25 colmenas se requieren alrededor de 300 metros cuadrados y de 25 a 50 litros de agua; no erosionan ni compactan el suelo, sino que incluso requieren de vegetación para que las abejas puedan tener polen y néctar a su disposición, por lo que se da una relación armónica entre el entorno y el apiario.

Señala que es necesario impulsar la apicultura como una forma de generar recursos sin dañar el medio ambiente; no obstante, indica que falta organización entre los productores de miel para capitalizar adecuadamente su trabajo sin depender de los intermediarios, así como mejores políticas públicas que incentiven la actividad.

Encargadas de la biodiversidad

Aunque no son los únicos polinizadores, las abejas, junto a los murciélagos, aves y mariposas, contribuyen a salvaguardar la biodiversidad de los ecosistemas forestales. Además, estimulan una mejor calidad del aire, pues hay más plantas y flores que proporcionan oxígeno.

Incluso, señala la especialista, en algunos casos ganaderos usan apiarios para que las abejas estimulen el crecimiento de áreas verdes donde pastan sus animales.

No obstante su importancia, la maestra en Ciencias indica que las abejas se ven cada día más amenazadas por el crecimiento de la mancha urbana y saqueo de las áreas naturales.

Indica que de 1990 al 2020 ha habido una caída en la producción de miel y esto se debe a la deforestación, pues a las abejas les cuesta cada vez más trabajo encontrar alimento. Así, apunta que en el 90 una colmena podía producir hasta 100 kilos de miel y ahora apenas se logran 30 kilos.

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

“Los productores se preguntan a dónde se ha ido esa miel, y lo que pasa es que si miramos alrededor vemos que la flora ha ido disminuyendo cada vez más, y eso afecta a las abejas”, refiere Tirado Piña.

Por tanto, llama a los gobiernos a mirar hacia los bosques y selvas e impulsar políticas de conservación de la biodiversidad y con ello salvaguardar a la fauna, donde se encuentran lo polinizadores.

“Es necesario que nos demos cuenta de la importancia de las abejas y otros polinizadores y aprendamos a vivir en armonía, dándonos cuenta de lo importantes que son para toda la biodiversidad y nuestra propia vida”, puntualiza la especialista.

Bondades de la miel

En el módulo de apicultura de la Fispa UV los estudiantes trabajan con 12 colmenas que dan 120 litros de miel año. Gracias a este módulo se han podido observar el complejo sistema que usan las abejas en sus colmenas y también valorar los productos que de ella se obtienen, pues además de la miel, brinda propóleo, polen y jalea real.

Tirado Piña indica que la miel es muy nutritiva y que conviene incluirla en nuestra dieta diaria, señalando que es lamentable que el consumo de miel por mexicano al año sea apenas de 200 gramos, contra países de Europa que consumen más de 700 gramos.

La miel contiene proteínas, minerales como el potasio, calcio, sodio y hierro; vitaminas como la B2, B6 o el ácido Fólico, entre otros nutrientes.

La especialista sugiere sustituir su uso como endulzante en lugar del azúcar refinada, por ser más saludable; además, llama a la población a impulsar la producción de miel comprando a productores locales y no la miel que ofrecen en los supermercados.

Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa

“Lo más probable es que al comprar una miel envasada del supermercado es que ésta sea de exportación, cuando tenemos en nuestra misma ciudad a productores locales que pueden darnos un buen producto y estimular así la economía local”, indicó.

En cuanto a las abejas, aconseja no matarlas, procurar tener flores en nuestros jardines u orillas de las ventanas y colocar bebederos con hojas flotando, para que las abejas se posen en ellas y se hidraten.