El dicho popular dice que a veces las personas suelen ir hacia atrás como los cangrejos; sin embargo, estos animales no caminan hacia atrás, sino de lado, por la disposición de sus patas.
Aunque el cangrejo azul vino del mar, supo evolucionar al ambiente terrestre, y hace su madriguera en pastizales, popales y manglares; solo acude a la playa para desovar, lo cual ocurre durante la temporada de lluvia del verano. En las playas de Veracruz ocurrirá del 22 al 24 de julio.
Ascencio Capistran Barradas, biólogo y doctor en Ecología, estudia cuál es la situación actual del cangrejo azul y su importancia para el ecosistema. Indica que hay mucho más que el color llamativo en estos animales, por lo que es urgente tomar acciones para su conservación.
“Naturalmente el cangrejo azul es alimento de nutrias, águilas, mapaches y halcones; no obstante, el mayor depredador es el ser humano”, indica el catedrático de la UV.
Señala que, durante esta época de desove, los pescadores se dedican a capturarlos para quitarles la tenaza: “llegan a las costas para cazarlos fácilmente, llegan en camionetas o coches y se llevan a los cangrejos por lonas, pero se las llevan cuando aún no han desovado en el mar, lo que hace que la especie esté amenazada”.
También pierden la vida cuando cruzan las carreteras en su migración hacia el mar, pues para desovar, muchas hembras se trasladan hasta 12 kilómetros.
“El instinto reproductivo es el más fuerte en los organismos vivos; a ellas no les va a importar que las depreden o ataquen, ellas van a desovar al mar y la mayoría de las veces dan la vida”, indica Capistran Barradas.
Pequeños y longevos
“El cangrejo azul es semiterrestre, pues todavía depende del mar para completar su ciclo de vida; cuando llegan a adultos, las hembras, aproximadamente de 6 centímetros de ancho de caparazón, se aparean con los machos y durante las noches de luna llena salen a desovar”, explica el biólogo.
Señala que las cangrejas tienen una especie de bolsa en el abdomen, la cual bajan en el mar y la sacuden para liberar los huevecillos. Pese a que vive a 12 kilómetros del mar, sabe hacia donde está la playa, esto porque en sus patas tienen sensores que detectan los cambios en la topografía del terreno, e instintivamente saben que el mar está hacia las zonas bajas. También migran siguiendo la luna.
Si bien el cangrejo azul como especie no puede considerarse en peligro de extinción, pues se distribuye desde Florida hasta el sur de Brasil, en diversas playas de Veracruz han desaparecido por la caza descontrolada, como es el caso de El Viejón o El Farallón.
Esto porque el cangrejo azul es de lento crecimiento, es decir, tarda seis años en convertirse en adulto, que es cuando finalmente pueden reproducirse. Una hembra puede liberar hasta 600 huevecillos, lo cuales se convierten en larvas que son alimentos para muchos peces; aquellos que logran sobrevivir, tras muchas metamorfosis, se convierten en pequeños cangrejos que van de vuelta a la tierra, donde incluso pueden llegar a vivir 14 años, por lo cual, indica el investigador, se les considera como una especie longeva.
Impacto ecológico
Los cangrejos cumplen una importante misión ecológica, pues consumen semillas, plantas y hojarasca, que es su principal alimento. La hojarasca tiene diversos nutrientes que son asimilados por el animal y que pasan a sus heces, las cuales sirven como una rica fuente para sustento para las plantas del entorno donde viven.
Además de ello, al remover la tierra, los cangrejos azules ayudan a que el suele se mantenga oxigenado, lo que también es necesario para la vegetación, sobre todo en la zona de manglares. Pueden consumir hasta 37 especies de plantas diferentes; comen prácticamente de todo, incluso carroña.
Si el cangrejo azul desaparece afectaría a otras especies e incluso a los pescadores, quienes llegan a vender en 200 pesos el kilo de manos de cangrejo. El animal tarda dos años en regenerar nuevamente su tenaza.
“Desde el punto de vista ético, es un deber como ser humanos conservar la diversidad que tenemos; todos los seres vivos tienen derecho a existir. Hace falta educar a las nuevas generaciones en la protección de la vida, porque son las semillas del cambio”, apunta el biólogo.
También señala que es necesario “hacer más estudios sobre la importancia del cangrejo azul, trabajar con las cooperativas pesqueras y las autoridades ambientales, unir esfuerzos para crear consciencia; no se trata de no usar el recurso, si no de hacerlo adecuadamente para garantizar su subsistencia”.
Dio a conocer que durante esta temporada de desove se aplicarán medidas de protección nocturnas mediante la colaboración de Tránsito y Protección Civil: “van a patrullar las playas, las carreteras, para indicarle a la gente que manejen despacio; se están dando pláticas informativas en las comunidades, sobre todo en Tecolutla, Nautla, Tamiahua; también la Marina participa en las acciones para evitar la depredación mientras desovan”, indica.
Capistran Barradas finaliza indicando que hay avances, pero la tarea sigue: “es un proceso lento, pero la gente tiene que ir tomando consciencia del cuidado de otras especies”.