El inicio de la Edad de Oro del Cine mexicano se sitúa en 1936, año en que se estrenó la que fue el primer éxito internacional, “Allá en el rancho grande”, del director Fernando Fuentes. La cinta consiguió que el público de habla hispana comenzará a ver al cine mexicano como una fuerte competencia de las cintas españolas y argentinas, así como de las estadunidenses.
El miedo es una de las emociones fundamentales del ser humano, pues todos sentimos temor de algo en algún momento de nuestras vidas y tenemos realidades que nos cuestan aceptar o criaturas del pasado que nos atormentan en nuestra mente solitaria.
Esta emoción que ha sido plasmada en el séptimo arte tuvo sus inicios con George Melies y su afamada “Mansión del diablo”, pasando al expresionismo alemán con El Golem, Nosferatu o El Gabinete del Dr. Calligari, para pasar a Frankenstein o Drácula, El hombre lobo, La momia, El hombre invisible y La criatura de la laguna Negra, fuertes referentes del cine de terror.
Con esas cintas extranjeras, pero con un alto nivel de analfabetismo en México, solo unos cuantos consumían las producciones, además de que solo eran cintas del género mudo, y aunque algunas llegaban a tener sonoridad, la población hispana buscaba algo más.
Es así que nuestro país dio un salto al comenzar a realizar producciones, entre ellas de terror, y con una historia que es conocida en cada rincón del mundo: La Llorona.
¿De qué trata la primera cinta de terror en México?
La Llorona se filmó en 1933 bajo la dirección del cubano Ramón Peón, quien abrió la puerta a este género en nuestro país con una trama que contiene elementos no solo paranormales, sino que incluye lo místico en un melodrama de época con tintes románticos.
Según información del Festival de Cine de Morelia, la película trata de atraer al público mediante el llanto, risas y otras emociones, además del humor que contrastan con la primera escena donde ocurre un asesinato. Luego se tiene el grito fantasmal de una mujer, una clase de espectro que alude a la Llorona, siguiendo con un hombre en una calle oscura donde cae y su mano se endurece como garra.
Más adelante comienza el conflicto entre la razón y la superstición, donde se habla de la sumisión de América ante Europa, que muestra a su protagonista es un médico llamado Ricardo de Acuna (Ramón Pereda), para continuar con una escena donde se establece a doña Marina, la traductora y amante de Hernán Cortés, es La Llorona original.
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La historia de abandono y traición que envuelve a la mujer que pena buscando a sus hijos, es expresada en el abuso que dejaron los conquistadores, que aunque La Llorona no pareciera ser una conexión entre los dos mundos, Europa y América son el choque del racionalismo y el misticismo más antiguo en La Nueva España. Nuestros ancestros vivían en un sueño de lo divino, con diversos dioses a los que adorar y una vida mística.
El conflicto en la trama de La Llorona comienza cuando el abuelo le cuenta a De Acuna que su primogénito desapreció al cumplir cuatro años y que fue su cadáver fue encontrado en el jardín con una puñalada en el pecho. Puesto que De Acuna no cree lo que ocurrió, el abuelo le cuenta una historia de sus antepasados para comprobarle que lo que sucedió es por una maldición familiar que trae en la sangre.
En la cinta se observa que un hombre provoca la ira de su amante y la muerte de su hijo en común, haciendo que la mujer devastada se quite la vida clavándose un puñal en el pecho, convirtiéndose en un espectro que grita de angustia inundada de dolor y rabia por su desgracia. Y es aquí donde surge La Llorona, siendo la primera cinta mexicana de terror, además de ser la pionera en el género sonoro del país.
¿Cómo surgió La Llorona en México?
La Llorona engloba la cultura popular de México, pues aunque no se sabe a ciencia cierta dónde es que surge esta leyenda, las versiones sobre quién es la mujer que deambula gritando por sus hijos podría ser la clave. A través del tiempo se ha mencionado que La Llorona es La Malinche, y lo podemos comprobar con la cinta mexicana de la cual ya hablamos.
Esa cinta ayudó a reinterpretar el mito de la mujer que llora, y a comprender las teorías sobre su origen que se dice fue antes de la llegada de los españoles, y que se dice fue una antigua diosa adorada por los pueblos indígenas.
Coatlicue, cuyo nombre significa “falda de serpientes, era la diosa terrestre de la vida y la muerte, misma que tenía un aspecto horrible, según la figura que se conoce de ella. La escultura de Coatlicue está representada por una mujer que usa una falda de serpientes, de ahí su nombre, además de portar un collar de corazones que fueron arrancados de sus víctimas.
Se dice que tenía garras afiladas en las manos y pies, pues Coatlicue era una diosa sedienta de sacrificios humanos. Su esposo era Mixcoatl, la serpiente de las nubes y el dios de la persecución. Con él dio a luz a Huitzilopochtli (dios del Sol y la guerra) cuando una bola de fuego cayó en un templo donde estaba barriendo y la tocó. Aquel embarazo fue extraño y ofendió a sus otros cuatrocientos hijos que enardecidos por Coyolxauhqui (una de sus hijas y diosa de la luna) decidieron matar a su madre.
Coatlicue es esencial en los mitos aztecas, ya que es la madre de los dioses, como del Sol, la Luna y las estrellas. En el arte azteca esta diosa está representada como una colosal estatua con una falda de serpientes entrelazadas, sostenida por otra serpiente en forma de cinturón, un collar de manos y corazones que rematan un cráneo humano oculto en el pecho de la diosa.
Además, sus garras en pies y manos muestran la insaciable sed de alimentarse de cadáveres de los hombres, mientras que sus pechos cuelgan exhaustos por haber amamantado a los dioses y hombres, pues todos son sus hijos, siendo también es llamada “nuestra madre”, Tonántzin, Teteoinan, “la madre de los dioses” y Toci, “nuestra abuela”.
El posible origen de La Llorona se relaciona con esta diosa, conocida como Tonántzin, misma que fue adorada por los aztecas, pero que tras la conquista de los españoles fue olvidada. Nuestra madre, el significado que tiene Tonántzin en náhuatl, fue sustituida por quien hoy conocemos como la Virgen Guadalupe.
Aunque se cree que Tonántzin y la Virgen de Guadalupe tienen el mismo origen, no es así, pues la Virgen de Guadalupe llegó con los españoles y la fe cristiana que fue impuesta a la Nueva España.
Es por eso que se debe comprender que Tonántzin fue la primera en ser adorada en el emblemático cerro del Tepeyac, donde había un templo hacia ella y se hacían peregrinaciones. La Virgen de Guadalupe fue adoptada por los pueblos indígenas para hacerla parte de su nueva cultura y sus tradiciones.
Cuenta le leyenda que los aztecas le rendían tributo cada año, con danzas y sacrificios, donde se dice que tenían que ser cien bebés con una edad específica, pues la diosa al ser la madre de los dioses, representaba la fertilidad, y si el tributo no se cumplía, Tonántzin podría maldecirlos con lluvias devastadoras.
Otro relato popular indica que tras ser reemplazada por la Virgen de Guadalupe, Tonántzin se sintió traicionada y comenzó a penar por diversos lugares, particularmente se menciona su presencia en ríos y lagos pues en la Gran Tenochtitlán se usaban trajineras además de que su ubicación en el lago de Texcoco sería la explicación.
Pese a que las leyendas aztecas son poco leídas, el mito de La Llorona y su desgarrador grito han llegado hasta nuestros días, siendo parte de la cultura popular en canciones, poemas, cuentos, leyendas, mitos, películas, obras de teatro, pinturas, murales, y todo lo que el arte y los mexicanos crean para seguir atemorizando a cualquiera que se interese en Tonántzin, “Nuestra madre”.
¿Qué películas sobre La Llorona existen?
- La Llorona de 1933
- La Herencia de la Llorona en 1947
- La Llorona en 1960
- La Maldición de La Llorona en 1963
- La venganza de La Llorona en 1974
- Las Lloronas en 2004
- La leyenda de la Llorona en 2011
- La Maldición de La Llorona en 2019
¿Qué otra versión de La Llorona conoces?