¿Cuántos inventores hay en Veracruz? Quizás esa pregunta pueda resultar complicada para responder, pero sí podemos hablar de un invento que cambió no solo la vida de personas dedicadas a la venta de un elemento clave en nuestras mesas al momento de comer: las tortillas.
El 17 de febrero se conmemora el Día del Inventor Mexicano, fecha que fue establecida para hacer honor al nacimiento de ingeniero, científico, investigador, compositor y creador Guillermo González Camarena. ¿Lo identificas? Nada más ni nada menos que el hombre que hizo uno de los mayores inventos a nivel global: el sistema para transmitir la señal de televisión a color.
Sin duda México tiene potencial y es gracias a estos genios que buscan maneras de innovar y “solucionar” la vida de las personas que el 17 de febrero se les hace un merecido reconocimiento. En el caso de nuestra entidad veracruzana, hay un hombre que marcó la historia y ha tenido reconocimiento en nuestro país y el mundo. Hablamos de Fausto Celorio.
¿Quién fue el veracruzano Fausto Celorio?
Don Fausto Celorio Mendoza nació en Córdoba, Veracruz. Según información de la página oficial de Tortilladoras Celorio, este veracruzano era un amante de las costumbres y hábitos mexicanos. Se dice que tras años de estudio y práctica logró perfeccionar su más grande invento: una máquina tortilladora que fuera capaz de producir las tortillas de maíz a nivel industrial, es decir, cerca de 100 kilogramos de tortillas al día.
Este suceso se dio en 1947, sin embargo fue hasta 1959 que pudo lanzar al mercado esta máquina bajo el nombre de Celorio, como el mismo se llamaba. Lo ofreció como un novedoso sistema de extrusión, chasis plano y conducción de gas por una tubería, la cual era la responsable de que cada disco, como coloquialmente se le conoce a las tortillas, se cociera al salir de la máquina.
Registros del Gobierno de México indican que fue en 1963 cuando Fausto Celorio inventó y patentó la tortilladora. Se describe como un sistema de rodillos para troquelar y transportar la tortilla. Es de recordar que por aquellos años el petróleo era un combustible común en las máquinas, pero Celorio los sustituyó por gas, haciendo de este su principal fuente de energía y que obtenía mayor eficacia.
Tras patentar su invento creó la empresa Tortilladoras de Lujo S.A. Aunque las ventas iniciales no fueron lo que esperaba, pues vendía una maquina al mes. Pasado un tiempo decidió asociarse con Alfonso Gándara, un ingenio del Politécnico Nacional, que perfeccionó el proceso de las Tortilladoras haciendo que las tortillas tuvieran más textura. Esto detonó una época de progreso para el negocio y las ventas subieron de manera increíble: se vendían 40 máquinas a la semana.
Aún faltaban mejoras a este invento ya que la regulación del calor era un problema constante, siendo que las máquinas se sobrecalentaban. Celorio mejoró su trabajo y obtuvo la tortilladora llamada dúplex. Esta maravilla era capaz de producir más de 130 kilogramos de tortillas.
Para 1975 la empresa que llevaba su apellido mostró al mercado las primeras máquinas de bajo consumo, es decir, ahorraban hasta 50 por ciento del gas en comparación de otras. Estos mecanismos eran capaces de producir de 100 a 200 kilos por hora. Una mejora que atrajo al público, lo que se refleja en las ventas que tuvo entre 1960 y 1980, pues vendió 42 mil tortilladoras haciéndose de gran renombre.
Este inventor veracruzano murió el 30 de julio de 1996 en la Ciudad de México a los 87 años de edad. Tras su muerte, la empresa siguió mejorando las máquinas y vendiéndolas a nivel global. Se menciona que Fausto Celorio fue la mente tras más de 150 inventos en la renovación industrial y tecnológica del siglo XX.
¿Cuándo se patentó la máquina tortilladora en México?
Aunque se habla de Fausto Celorio como el genio tras la tortilladora, lo cual es cierto, también debemos de mencionar que este inventó ya había sido pensado por otras grandes mentes en México. ¿Sabes de quién hablamos?
El Archivo General de la Nación en su fondo de Patentes y Marcas señala la solicitud (con folio PM:5-375) hecha el 29 de abril de 1859 de Julián González, el cual solicitó una patente, a través de Antonio Salas, por doce años para ser introductor en la República de una máquina capaz de hacer polvo toda clase de granos y sustancias minerales, con las cuales se haría un tipo de masa con textura pastosa o granos mojados.
Este personaje alegaba que ninguna de las dos máquinas eran conocidas en el país y que su inventó era para producir pan de maíz o tortillas. Aunque defendió su propuesta, la instancia le regresó su petición incluida con un oficio donde se le notificaba que le faltaban documentos para poder hacer oficial el trámite de la patente.
También se le explicaba que sí había diferencia con sus máquinas, pero que ya se habían dado los derechos a otros mecanismos similares. Cabe mencionar que la solicitud no fue rechazada, solo fue devuelta porque no tenía la documentación completa de acuerdo con los requisitos que marca la ley.
Tras esto, no se dio por vencido y un tiempo después entregó otra solicitud donde ahora pedía que se le nombrara inventor de una máquina moledora de maíz, a la que llamó “recortadora de tortillas”, haciendo énfasis en que esta idea había sustituido al metate. ¿Por qué? Mencionó que se reemplazó el metate con rodillos y aunque había aparatos parecidos, el suyo era una innovación de la piedra caliza, el material con el que se elaboran los matetes.
¿Qué es una patente?
Una patente se define como una invención de algún producto o proceso, que debe cumplir con ciertas características para tomarse en cuenta. Las características que debe cumplir son:
- Novedad: que no haya o exista otro igual en el mundo
- Demostrar actividad inventiva: debe resolver un problema técnico y dar solución, la cual no debe ser obvia para el experto
- Tener aplicación industrial: debe ser útil en la práctica y poder reproducirse para emplearse en cualquier rama de la actividad económica.
¿Cómo funcionaba la cortadora de totillas?
Julián González buscaba formar una lámina de masa, posteriormente se cortaría la tortilla y saldrían de la máquina. Esto era un invento para sustituir las plantillas para cortar en forma las tortillas, es decir, un molde para hacer las tortillas en círculos. Con este cambio, el inventor obtuvo la patente por doce años con su máquina para hacer tortillas a partir del 26 de julio de 1859.
En 1865 pidió una prórroga junto a una nueva patente por mejoras a las máquinas, mismas que no había podido presentar por las circunstancias políticas en México que lo obligaron a exiliarse en España durante dos años, esto por su origen de nacimiento, hasta la llegada de Maximiliano de Habsburgo al poder.
Si bien es cierto que este invento no fue únicamente idea del veracruzano, de lo que no hay duda es que Fausto Celorio le dio al país una herramienta que cambió no solo la manera de hacer tortillas, sino la costumbre y maneras de preparar algunos platillos gracias al cambio de elaboración de las tortillas de maíz.
¿Conocías estos datos de las irremplazables y deliciosas tortillas "de máquina"?