/ lunes 4 de noviembre de 2024

La trágica vida de Doña Fermina Zavaleta de Bravo, activista militar xalapeña

Doña Fermina Zavaleta de Bravo tuvo que soportar sufrimientos y torturas confinada en los humillantes y dolorosos “pozos-tinaja”

La historia de Xalapa tiene una riqueza incomparable desde su fundación en 1313, más de 10 años antes que comenzará a existir La Gran Tenochtitlán, la famosa ciudad que Hernán Cortés “conquistó” y donde da inicio la época de la Colonia. Recordemos que los primeros habitantes de la “Ciudad de la Flores” fundaron 4 barrios: Tlalnecapan, Tecuanapan, Xallitic y Techacapan, mismo que florecieron en las faldas del cerro de Macuiltépetl.

Tras la conquista, comenzaron a llegar las colonias españolas para asentarse en estas tierras, se construyeron conventos como el de San Francisco, donde actualmente se ubica el parque Juárez, y los misioneros comenzaron a evangelizar la región y se extendieron a diversos lugares. Los españoles destruyeron templos indígenas para levantar recintos religiosos para la fe cristiana. Lo demás, es historia que conocemos y de la que hablaremos en otra ocasión.

La época virreinal y colonial duró más de 300 años en la Nueva España (desde la llegada de Hernán Cortés en 1520, hasta el 21 de septiembre de 1821 cuando se firmó el acta de Independencia), donde más y más europeos llegaron para vivir y obtener riquezas de lo que la región les brindaba, pero también para buscar un nuevo lugar donde echar raíces.

El movimiento Insurgente no comenzó en 1810, cuando estalló la guerra de Independencia, pero fue en esos años que en Xalapa nació una mujer que pasó su vida luchando por sus ideales, apoyando a los suyos, pero siendo olvidada por esta ciudad que la vio morir en soledad: doña Fermina Zavaleta de Bravo.

Aquí donde se erigió el monasterio de San Francisco, ubicado exactamente donde hoy caminamos por el parque Juárez | Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa


¿Quién fue doña Fermina Zavaleta de Bravo?

En el corazón de Xalapa se ubica el parque Benito Juárez, inaugurado en 1892, y a un costado de este sitio hoy se encuentra la calle J.J. Herrera, misma que por mucho tiempo se identificaba como de El Toronjo, pues hace varios años estos árboles frutales eran comunes, con grandes y bellos follajes y frutos que son disfrutados por los xalapeños.

En una de las casonas que se pueden observar desde el balcón de El Ágora y con ejemplares de toronjo, nació en 1801 Fermina Zavaleta de Bravo, de quien no se sabe su fecha exacta de nacimiento, como muchas otras partes de su vida. Fermina provenía de una familia de escasos recursos, a pesar de ello se cuenta que se ganó el aprecio y reconocimiento de los habitantes, pues sus valores cívicos eran una característica única de ella.

Aunque de sus primeros años de vida no se conocen datos, su participación heroica la tuvo durante la guerra de la intervención que la puso en un lugar importante en la historia de Xalapa y posiblemente de México.

Fermina se casó y tuvo dos hijos, quienes eran los que le daban entusiasmo por vivir, ya que crecieron con la ternura y el amor que doña Fermina les brindaba, siendo una madre que llevaba el timón del hogar.

En una de las casonas que se pueden observar desde el balcón de El Ágora y con ejemplares de toronjo, nació en 1801 Fermina Zavaleta de Bravo | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo se vivió la guerra de la intervención norteamericana en Xalapa?

Según el Boletín del Archivo General de la Nación, en su título “Xalapa ante la intervención norteamericana, 1846-1848”, Xalapa se ubicó en la ruta elegida por los estadounidenses para llegar a la Ciudad de México, comandados por el general Winfield Scott, el general en jede de las tropas expedicionarias.

Estas consiguieron la rendición del puerto de Veracruz el 29 de marzo de 1847, y derrotaron al ejército mexicano en la batalla de Cerro Gordo, entre el 17 y 18 de abril de 1847. El Archivo General de la Nación indica que las relaciones entre xalapeños y norteamericanos eran tensas.

Hay que recordar que la invasión estadounidense fue un episodio triste y doloroso para los mexicanos, donde Veracruz ocupó un papel protagónico. Además de que es este territorio está el principal puerto de comercio, esto se complementaba con que Xalapa fuera la sede de los poderes políticos estatales desde 1840, donde también residían élites regionales que se habían fortalecido de la relación mutua con el general Antonio López de Santa Ana cuando fue presidente de México.

Por lo anterior, el gobierno veracruzano conservó cierta estabilidad social, además de que se mejoraron las aduanas y el muelle y se abolieron las medallas de cobre. Pese a que Santa Ana iba y venía, sumándose de su exilio, cuando notó la amenaza de invasión regresó a liderar la resistencia.

Estados Unidos presionó a México para que firmara la cesión de derechos de sus territorios al norte y desplegó ejércitos por mar y tierra para invadir el país. El general Zachary Taylor entró a territorio nacional rumbo a Monterrey y la flota norteamericana comenzó a cercar los puerto del Pacífico y del Golfo, mientas que el de Veracruz fue de los primeros en sufrir estragos del bloqueo naval.

Cañón de Cerro Gordo es testigo mudo de la historia de Veracruz | Foto: René Corrales | Diario de Xalapa

En junio del 1846, el ayuntamiento de Veracruz solicitó auxilio para defender la plaza y apoyar la evacuación de sus habitantes pidiendo recursos, tropas y municiones. El gobierno central lo abandonó y solo contaba con los préstamos del cabildo xalapeño de cuatro mil pesos para cubrir la emergencia.

Así, Xalapa se convirtió en el apoyo financiero y el refugio de los heridos en la intervención norteamericana, aunque no contaba con suficientes víveres y apoyos para socorrerlos en la tragedia, fue pilar para el desenlace de este lapso en la historia de México.

¿Cuál es la importancia de doña Fermina Zavaleta de Bravo en la guerra de la intervención norteamericana?

Uno de los dos hijos de la xalapeña se enlistó en la guerra y cumplió con su deber en las filas republicanas. No se sabe qué motivó a doña Fermina, pero colaboró con las fuerzas patrióticas, bajo el papel de correo e intermediaria para la obtención de parque, en Xalapa y sus alrededores.

Lo anterior se debe a que esta ciudad luchó durante más de un año contra el enemigo. La misión de doña Fermina fue contribuir al éxito del ejército mexicano, cosa que otros personajes de la época no hicieron, pues solo se aprovecharon de la tragedia y las circunstancias sociales para enriquecerse a su conveniencia, cosa de Zavaleta de Bravo no hizo y siguió firme con sus valores cívicos y su vocación de ayuda.

La misión de doña Fermina fue contribuir al éxito del ejército mexicano, cosa que otros personajes de la época no hicieron | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

La pérdida de uno de sus hijos no fue el único golpe en la vida de Fermina, pues lo que no se sabe de esta activista militar es que tras la entrada del enemigo a la ciudad xalapeña, su vida se volvió un martirio.

Doña Fermina Zavaleta de Bravo tuvo que soportar sufrimientos y torturas, así como el deshonor y la afrenta que la hizo padecer el enemigo, cuando cayó prisionera y la confinaron en los humillantes y dolorosos “pozos-tinaja”.

En los "pozos-tinajas" se enterraba en cuerpo de la persona, y solo se dejaba fuera la cabeza del cautivo a ras de la tierra. Esta manera de tortura la sufrió Fermina, aunque se desconoce cuánto tiempo lo soportó. Según el libro “Sonido del agua y la arena: Historias, cuentos y leyenda de Xalapa”, Fermina fue juzgada y condenada a muerte.

Afortunadamente la sentencia no llegó a cumplirse, pero los imperialistas hicieron intenso el castigo ya que la muerte ya no era una opción. Doña Fermina Zavaleta de Bravo fue mostrada a la población con la cabeza calva y con ropa vergonzosa, lo que aumentó el rencor hacia los intervencionistas.

Doña Fermina Zavaleta de Bravo fue mostrada a la población con la cabeza calva y con ropa vergonzosa | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo fueron los últimos años de vida de doña Fermina Zavaleta de Bravo?

Tras terminar la guerra, doña Fermina volvió a su hogar solo con uno de sus hijos, ya que el otro perdió la vida luchando en Oaxaca, en las filas republicanas.

Se desconoce qué pasó con el hijo que sobrevivió, pues registros indican que la activista xalapeña murió en 1898 a los 97 años en la soledad de su hogar, mismo que la vio nacer. En el título del ayuntamiento se menciona “Como el toronjo creció, dio frutos entre perfumados follajes y espinas, que utilizó cuando su condición humana se lo pidió”.

La historia de Xalapa tiene una riqueza incomparable desde su fundación en 1313, más de 10 años antes que comenzará a existir La Gran Tenochtitlán, la famosa ciudad que Hernán Cortés “conquistó” y donde da inicio la época de la Colonia. Recordemos que los primeros habitantes de la “Ciudad de la Flores” fundaron 4 barrios: Tlalnecapan, Tecuanapan, Xallitic y Techacapan, mismo que florecieron en las faldas del cerro de Macuiltépetl.

Tras la conquista, comenzaron a llegar las colonias españolas para asentarse en estas tierras, se construyeron conventos como el de San Francisco, donde actualmente se ubica el parque Juárez, y los misioneros comenzaron a evangelizar la región y se extendieron a diversos lugares. Los españoles destruyeron templos indígenas para levantar recintos religiosos para la fe cristiana. Lo demás, es historia que conocemos y de la que hablaremos en otra ocasión.

La época virreinal y colonial duró más de 300 años en la Nueva España (desde la llegada de Hernán Cortés en 1520, hasta el 21 de septiembre de 1821 cuando se firmó el acta de Independencia), donde más y más europeos llegaron para vivir y obtener riquezas de lo que la región les brindaba, pero también para buscar un nuevo lugar donde echar raíces.

El movimiento Insurgente no comenzó en 1810, cuando estalló la guerra de Independencia, pero fue en esos años que en Xalapa nació una mujer que pasó su vida luchando por sus ideales, apoyando a los suyos, pero siendo olvidada por esta ciudad que la vio morir en soledad: doña Fermina Zavaleta de Bravo.

Aquí donde se erigió el monasterio de San Francisco, ubicado exactamente donde hoy caminamos por el parque Juárez | Foto: Jesús Escamiroza | Diario de Xalapa


¿Quién fue doña Fermina Zavaleta de Bravo?

En el corazón de Xalapa se ubica el parque Benito Juárez, inaugurado en 1892, y a un costado de este sitio hoy se encuentra la calle J.J. Herrera, misma que por mucho tiempo se identificaba como de El Toronjo, pues hace varios años estos árboles frutales eran comunes, con grandes y bellos follajes y frutos que son disfrutados por los xalapeños.

En una de las casonas que se pueden observar desde el balcón de El Ágora y con ejemplares de toronjo, nació en 1801 Fermina Zavaleta de Bravo, de quien no se sabe su fecha exacta de nacimiento, como muchas otras partes de su vida. Fermina provenía de una familia de escasos recursos, a pesar de ello se cuenta que se ganó el aprecio y reconocimiento de los habitantes, pues sus valores cívicos eran una característica única de ella.

Aunque de sus primeros años de vida no se conocen datos, su participación heroica la tuvo durante la guerra de la intervención que la puso en un lugar importante en la historia de Xalapa y posiblemente de México.

Fermina se casó y tuvo dos hijos, quienes eran los que le daban entusiasmo por vivir, ya que crecieron con la ternura y el amor que doña Fermina les brindaba, siendo una madre que llevaba el timón del hogar.

En una de las casonas que se pueden observar desde el balcón de El Ágora y con ejemplares de toronjo, nació en 1801 Fermina Zavaleta de Bravo | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo se vivió la guerra de la intervención norteamericana en Xalapa?

Según el Boletín del Archivo General de la Nación, en su título “Xalapa ante la intervención norteamericana, 1846-1848”, Xalapa se ubicó en la ruta elegida por los estadounidenses para llegar a la Ciudad de México, comandados por el general Winfield Scott, el general en jede de las tropas expedicionarias.

Estas consiguieron la rendición del puerto de Veracruz el 29 de marzo de 1847, y derrotaron al ejército mexicano en la batalla de Cerro Gordo, entre el 17 y 18 de abril de 1847. El Archivo General de la Nación indica que las relaciones entre xalapeños y norteamericanos eran tensas.

Hay que recordar que la invasión estadounidense fue un episodio triste y doloroso para los mexicanos, donde Veracruz ocupó un papel protagónico. Además de que es este territorio está el principal puerto de comercio, esto se complementaba con que Xalapa fuera la sede de los poderes políticos estatales desde 1840, donde también residían élites regionales que se habían fortalecido de la relación mutua con el general Antonio López de Santa Ana cuando fue presidente de México.

Por lo anterior, el gobierno veracruzano conservó cierta estabilidad social, además de que se mejoraron las aduanas y el muelle y se abolieron las medallas de cobre. Pese a que Santa Ana iba y venía, sumándose de su exilio, cuando notó la amenaza de invasión regresó a liderar la resistencia.

Estados Unidos presionó a México para que firmara la cesión de derechos de sus territorios al norte y desplegó ejércitos por mar y tierra para invadir el país. El general Zachary Taylor entró a territorio nacional rumbo a Monterrey y la flota norteamericana comenzó a cercar los puerto del Pacífico y del Golfo, mientas que el de Veracruz fue de los primeros en sufrir estragos del bloqueo naval.

Cañón de Cerro Gordo es testigo mudo de la historia de Veracruz | Foto: René Corrales | Diario de Xalapa

En junio del 1846, el ayuntamiento de Veracruz solicitó auxilio para defender la plaza y apoyar la evacuación de sus habitantes pidiendo recursos, tropas y municiones. El gobierno central lo abandonó y solo contaba con los préstamos del cabildo xalapeño de cuatro mil pesos para cubrir la emergencia.

Así, Xalapa se convirtió en el apoyo financiero y el refugio de los heridos en la intervención norteamericana, aunque no contaba con suficientes víveres y apoyos para socorrerlos en la tragedia, fue pilar para el desenlace de este lapso en la historia de México.

¿Cuál es la importancia de doña Fermina Zavaleta de Bravo en la guerra de la intervención norteamericana?

Uno de los dos hijos de la xalapeña se enlistó en la guerra y cumplió con su deber en las filas republicanas. No se sabe qué motivó a doña Fermina, pero colaboró con las fuerzas patrióticas, bajo el papel de correo e intermediaria para la obtención de parque, en Xalapa y sus alrededores.

Lo anterior se debe a que esta ciudad luchó durante más de un año contra el enemigo. La misión de doña Fermina fue contribuir al éxito del ejército mexicano, cosa que otros personajes de la época no hicieron, pues solo se aprovecharon de la tragedia y las circunstancias sociales para enriquecerse a su conveniencia, cosa de Zavaleta de Bravo no hizo y siguió firme con sus valores cívicos y su vocación de ayuda.

La misión de doña Fermina fue contribuir al éxito del ejército mexicano, cosa que otros personajes de la época no hicieron | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

La pérdida de uno de sus hijos no fue el único golpe en la vida de Fermina, pues lo que no se sabe de esta activista militar es que tras la entrada del enemigo a la ciudad xalapeña, su vida se volvió un martirio.

Doña Fermina Zavaleta de Bravo tuvo que soportar sufrimientos y torturas, así como el deshonor y la afrenta que la hizo padecer el enemigo, cuando cayó prisionera y la confinaron en los humillantes y dolorosos “pozos-tinaja”.

En los "pozos-tinajas" se enterraba en cuerpo de la persona, y solo se dejaba fuera la cabeza del cautivo a ras de la tierra. Esta manera de tortura la sufrió Fermina, aunque se desconoce cuánto tiempo lo soportó. Según el libro “Sonido del agua y la arena: Historias, cuentos y leyenda de Xalapa”, Fermina fue juzgada y condenada a muerte.

Afortunadamente la sentencia no llegó a cumplirse, pero los imperialistas hicieron intenso el castigo ya que la muerte ya no era una opción. Doña Fermina Zavaleta de Bravo fue mostrada a la población con la cabeza calva y con ropa vergonzosa, lo que aumentó el rencor hacia los intervencionistas.

Doña Fermina Zavaleta de Bravo fue mostrada a la población con la cabeza calva y con ropa vergonzosa | Foto: David Bello / Diario de Xalapa

¿Cómo fueron los últimos años de vida de doña Fermina Zavaleta de Bravo?

Tras terminar la guerra, doña Fermina volvió a su hogar solo con uno de sus hijos, ya que el otro perdió la vida luchando en Oaxaca, en las filas republicanas.

Se desconoce qué pasó con el hijo que sobrevivió, pues registros indican que la activista xalapeña murió en 1898 a los 97 años en la soledad de su hogar, mismo que la vio nacer. En el título del ayuntamiento se menciona “Como el toronjo creció, dio frutos entre perfumados follajes y espinas, que utilizó cuando su condición humana se lo pidió”.

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