Para atender el impacto que tiene el cambio climático en la entidad hay programas de prevención y mitigación, sin embargo, se han quedado en el papel, no tienen un alcance mayor, opina la economista Rosy Wendoli Carrillo Ovando, especialista en comercio exterior, con maestría en Economía Ambiental y Ecológica en la Universidad Veracruzana (UV). Añade que esto significa que no se aplican adecuadamente las políticas públicas.
¿Por qué no se aplican las políticas públicas en Veracruz?
En entrevista, la especialista expone que eso seguramente tiene que ver con las carencias económicas de la entidad y por ello, el gobierno opta por atender las necesidades básicas de las familias y destina los recursos para programas sociales, pero deja de lado la creciente problemática medioambiental.
Opina que se llegó al momento en que los problemas ambientales ya no pueden dejarse de lado, deben ser prioridad para todos los niveles de gobierno.
“El problema de la política ambiental en México es que todo se reduce a cambio climático debido a los compromisos que adquirió el país y acuerdos que se firmaron para la reducción de emisiones, lo que no es malo, pero hay otros problemas ambientales que requieren atención como es la falta de agua y sequía”, dijo.
La profesora de la facultad de Economía de la Universidad Veracruzana en Xalapa explica que se han realizado estudios para conocer los efectos e impacto económico que tiene los fenómenos meteorológicos, por el aumento o disminución de lluvias, pero falta trabajar más en buscar soluciones y aplicarlos.
“Hay que enfrentar la realidad. Es un hecho que Veracruz, el país y el mundo, enfrentan fenómenos extremos y anormales, como sequía, lluvias y huracanes y eso requiere de mayor inversión para tratar de mitigar su efecto”.
Afectaciones a cultivos
En Veracruz dice que ya se notan los impactos negativos en los cultivos de mango, limón, malanga o naranja, que han sido disminuidos por los cambios de clima.
Cuestionada sobre qué se hace para mitigar la situación, explica que lamentablemente hay programas de prevención e investigación pero han quedado en el papel, dado que no han tenido un alcance mayor.
La economista aclara que la economía ambiental no es una materia nueva. Se consolidó en las décadas de los años sesenta y setenta cuando surgen los grupos ambientalistas y ecologistas por el aumento de la contaminación de aire y agua. “Es cuando se empiezan a preocupar de esa situación”.
Resalta que el mercado económico no es perfecto, tiene fallas y una de esas es la degradación ambiental.
En la región, opina que es necesario detener la tala de los bosques porque esa situación está disminuyendo las fábricas de agua y prevenir los incendios forestales, “pero lamentablemente no se cumplen los objetivos de las políticas en materia ambiental”.
“Una prioridad debería ser reconocer que los impactos del cambio climático ya están aquí y hay que atenderlos como una urgencia y que las políticas se focalicen de acuerdo a las regiones y entidades, porque son diferentes las situaciones que enfrenta en otras zonas del país”.
Otra situación que debe atenderse como parte de las políticas públicas es regularizar y evitar el crecimiento urbano sin planeación porque provoca deterioro ambiental. “Ahí se tiene que ver el caso de Xalapa que ha crecido de forma desordenada y sin ningún lineamiento ambiental que proteja sus recursos naturales”, concluyó.