Para los mexicanos el mes de septiembre representa celebración, fuegos artificiales y distintos platillos gastronómicos, pero en los últimos años también trae consigo un miedo colectivo debido a que muchos lo consideran “el mes de los temblores”.
Esa idea errónea también ha provocado una multiplicación exponencial de las llamadas fake news alrededor de los desastres naturales y su intensidad.
La desinformación y el miedo han orillado a muchas personas a creer en teorías infundadas que parecen sacadas de una película de ciencia ficción. Sin embargo, los expertos han alzado la voz para esclarecer algunas de las interrogantes sobre los desastres naturales y las situaciones que los provocan.
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¿Fenómenos o desastres naturales?
Para poder comprender estos fenómenos, primero se debe entender la diferencia entre fenómenos y desastres naturales.
Un fenómeno natural es un evento físico producido por la naturaleza propia, es decir que sus causas son procesos naturales que se llevan a cabo desde los inicios de la Tierra hace más de 4.6 miles de millones de años, de acuerdo con el Servicio Geológico Nacional.
En cambio, los desastres naturales son los mismos fenómenos, pero que ya tienen afectaciones en las personas y que resultan en desbalances significativos.
“El desastre natural es el impacto que tiene el evento en las personas, la economía y el medio ambiente. Si bien es difícil determinar valores exactos en cuanto a sus afectaciones, si el suceso causa un daño significativo a la sociedad es considerado un desastre natural”, explica a El Sol de México Alexander Ganshin, meteorólogo, Doctor en Física Atmosférica y CEO de Meteum, aplicación especializada en pronósticos meteorológicos.
Los desastres naturales están divididos en cuatro categorías de acuerdo a su origen: Meteorológicos (relacionados con el clima), hidrológicos (relativo al comportamiento de las masas de agua como los océanos), geofísicos (movimientos de la tierra) y biológicos (en los que están involucradas las bacterias y los virus).
Desastres meteorológicos
Estos son procesos naturales que se producen durante los ciclos meteorológicos, como huracanes, temporadas de viento y ciclones.
Así como el cambio climático ha aumentado, los desastres meteorológicos se han quintuplicado durante los últimos 50 años de acuerdo con datos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
“Este tipo de fenómenos están directamente relacionados con el cuidado de los ecosistemas. Por ejemplo, los manglares son una de los más importantes para atajarlos, pero sin ecosistemas sanos, los riesgos por dicha amenaza aumentan”, explica a este medio Avelina Ruíz, Gerente de Cambio Climático y Clima del El Instituto de Recursos Mundiales (WRI, por sus siglas en inglés).
Si bien las regiones costeras son más vulnerables a desastres de este tipo, existen algunos países que derivado de sus características geográficas tienen una vulnerabilidad más alta.
Dichos países fueron enlistados durante la celebración de la COP25 en Madrid, en donde los resultados del Índice de Riesgo Climático (IRC) 2020, señaló que Japón, Filipinas y Alemania son algunas de las naciones más afectadas por desastres relacionados con el clima, así como los más afectados por el fenómeno del cambio climático.
“El cambio climático de la mano con los desastres naturales y la actividad humana producen una emergencia en la que los desastres naturales se agravan y pone cada vez a más población y ecosistemas en riesgo”, añade Avelina Ruíz.
Estos riesgos han representado el 50 por ciento de los desastres naturales entre 1970 y 2019, así como el 45 por ciento de las muertes reportadas y el 74 por ciento de las pérdidas económicas a causa de desastres naturales.
Dichas cifras fueron presentadas en el Atlas de Mortalidad y Pérdidas Económicas por Fenómenos Meteorológicos Climáticos e Hídricos de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) y la Oficina de las Naciones Unidas para la Reducción del Riesgo de Desastres (UNDRR).
Además, de acuerdo con la empresa de estadísticas Statista, las pérdidas económicas a causa de estos desastres entre 2013 y 2018 ascendieron a los 95 mil millones de dólares.
Desastres geofísicos
Uno de los fenómenos naturales causantes de algunas de las catástrofes más grandes a nivel mundial son los sismos y terremotos.
Estos están divididos en dos categorías: Los oscilatorios, que son movimientos horizontales, y los trepidatorios, que presentan movimientos verticales, es decir; de arriba hacia abajo.
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¿Pero qué los ocasiona?
“Se trata de procesos en la litosfera y la corteza terrestre, como el movimiento de las placas litosféricas. Estos procesos suelen presentarse como movimientos en la tierra y generalmente se producen justo en sus cruces de las placas”, afirma Alexander Ganshin.
Cuando las placas se desplazan o colisionan entre sí o se deforman, producen energía que es liberada en forma de movimientos de la Tierra.
Hasta hoy, el terremoto de mayor magnitud registrado en el mundo fue en Valdivia, Chile, en 1960, y tuvo una magnitud de 9.5 grados en la escala de Richter, con un saldo de más de dos mil personas fallecidas y más de dos millones de damnificados.
Además, en algunas ocasiones estos desastres pueden provocar tsunamis, tal y como sucedió en Japón el 11 de marzo de 2011, el cual tuvo una magnitud de 9.1 grados y provocó olas de más de 40 metros de altura.
El acontecimiento tuvo un saldo de más de 15 mil muertos y representó pérdidas económicas entre el tres y cinco por ciento del Producto Interno Bruto del País (PIB).
Así como este, han existido numerosos terremotos con cifras parecidas, que según los especialistas, lo convierten en uno de los desastres naturales más devastadores para la humanidad.
Por su parte, México se encuentra en una zona de alto riesgo en cuanto a sismos se refiere, ya que la falla de San Andrés atraviesa a la nación. Esta es una falla geológica con una longitud de más de mil kilómetros.
La falla tiene tanto influencia en México que incluso investigadores del Tecnológico de Monterrey aseguran que la Península de Baja California pudo haberse formado gracias al movimiento de la misma.
Además, el país se encuentra en una zona de “alta sismicidad” debido a que en la región se encuentran cinco placas interactuando: la de Norteamérica, la de los Cocos, la del Pacífico, la de Rivera y la placa del Caribe.
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¿Los humanos provocamos los desastres?
Una de las grandes interrogantes que existen desde siempre es si los humanos somos quienes provocamos los desastres naturales. Y la respuesta es no.
Tal y como mencionan los especialistas, los desastres naturales son procesos totalmente naturales y propios del Planeta. Sin embargo, los seres humanos sí jugamos un papel importante en cuanto a su magnitud y frecuencia.
“Nosotros NO provocamos los desastres naturales, pero sí influimos en la intensidad y recurrencia en que estos suceden. Es decir; la actividad humana sí influye en estos dos factores”, resalta Avelina Ruíz.
Además, según explica el jefe analista del Sistema Sismológico Nacional, las placas tectónicas son “caprichosas”, haciendo referencia a que sus movimientos y magnitudes son totalmente inesperados y procesos naturales de la Tierra.
Mitos sobre los desastres naturales
Si bien estos fenómenos tienen sus propias explicaciones científicas, la población no ha dejado pasar la oportunidad de encontrar explicaciones propias.
Al día de hoy, una de las interrogantes sobre los desastres naturales es si se pueden predecir con exactitud.
Sin embargo, los especialistas nos cuentan la realidad sobre ello:
“Uno de los mitos más comunes es que las catástrofes naturales no se pueden predecir, cuando de hecho la gente es capaz de predecir muchos de estos fenómenos con horas o incluso días de antelación. Esa información existe, pero por desgracia no todas las personas tienen acceso a ella y por eso no siempre es posible evacuar a todas las personas”, explicó Alexander Ganshin.
Otro de los mitos que ha hecho más ruido en México es el que han propagado por las redes sociales algunos “influencers”, quienes afirman que la razón por la que varios terremotos ocurren el mismo día es la fuerza de atracción mental.
Ante ello, los miembros de la comunidad científica y expertos en el tema han desmentido dicha teoría, tal y como lo hizo el sismólogo Carlos Valdés, quien además es investigador del Instituto de Geofísica de la UNAM.
“No debemos de caer en ideas como las de si es septiembre va a temblar. Ese tipo de pensamientos hacen que la gente se aleje de los datos verídicos y de una prevención adecuada”, añadió Avelina Ruíz.
Prevenir, informar y proteger
Ante la creciente ola de desastres naturales de la actualidad, diversas empresas y gobiernos se han puesto manos a la obra.
En la búsqueda de disminuir riesgos ante desastres naturales, la Organización de las Naciones Unidas (ONU), designó el segundo miércoles de octubre como el Día Internacional para la Reducción de los Desastres Naturales.
Su objetivo principal es alentar a los gobiernos y a la opinión pública a tomar decisiones encaminadas a minimizar los riesgos por medio de acción internacional concentrada mayormente en los países en desarrollo.
Además, pretende mejorar la capacidad de cada país para mitigar los efectos de los desastres naturales con rapidez y eficacia.
“Es de suma importancia tener sistemas de alerta temprana eficientes para que las personas sepan qué hacer en cada desastre en específico”, aseguró Avelina Ruíz.
Asimismo, los especialistas buscan concientizar a la gente sobre la situación actual para que estén mejor preparados, pero sobre todo mejor informados.
“Tomen en serio la posibilidad de encontrarse cara a cara con una catástrofe. Si estas son frecuentes en su zona, prepárense para ellas con antelación. Si es posible reciban información sobre cómo afrontar las emergencias, informen a sus personas cercanas sobre ellas, comprueben la previsión meteorológica durante sus viajes y suscríbanse a sitios oficiales que les puedan brindar información verídica sobre los algunos posibles desastres”, puntualizó Alexander Ganshin.
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