El año próximo el orquidario de la Universidad Veracruzana (UV) cumplirá 15 años de haberse fundado con el respaldo del Centro de Investigaciones Tropicales (CITRO) y con la aplicación de recursos externos que han permitido que se mantenga.
Fundado en 2010, este espacio ubicado en la zona de la USBI en Xalapa, se encuentra bajo la coordinación de la doctora Rebeca Alicia Menchaca García, quien logró el registro como Unidad de Manejo Ambiental para la conservación de la vida silvestre.
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En entrevista, la especialista dio a conocer se ha logrado la conservación de orquídeas silvestres, de las cuales al menos 40 especies nativas de Veracruz se encuentran en peligro de extinción.
En este espacio se pueden encontrar especies como: Vanilla planifolia, Vanilla pompona, Brassia maculata, Brassia verrucosa, Trichopilia tortilis, Rossioglossum grande, Dichaeae glauca, Dichaea muricatoides, Lycaste skinneri, Lycaste aromatica, Lycaste consobrina y Lycaste deppei.
“En el país alrededor de 200 especies de las mil 200 con registro se encuentran en peligro de extinción. Básicamente lo que hacemos es la conservación de las especies que tienen interés ornamental, que son bellas y que se pueden aprovechar siempre y cuando se estén propagando”, dijo.
Refirió que actualmente se cuenta con una colección de alrededor de 100 especies silvestres que se han logrado mediante decomisos, a través de Semarnat y Profepa, debido a que se encuentran reguladas y catalogadas como especie en riesgo en la Norma Oficial Mexicana, NOM-059-SEMARNAT-2010.
“Del mismo material que nos llega, de las plantas madre se hacen polinizaciones y se obtienen semillas que, en este caso son micro semillas porque las orquídeas no se pueden propagar como las otras plantas, sino que deben hacerlo en la naturaleza asociándose con hongos o bien en el laboratorio en medios de cultivo”, expresó.
Detalló que, aunque se tiene un mayor interés por conservar las orquídeas que son nativas de Veracruz, se tiene el foco en aquellas que se encuentran en riesgo de desaparecer.
Puntualizó que una de las maneras en que se puede lograr la conservación de las especies es la comunicación directa con productores de Coatepec, Xico, Chavarrillo en Emiliano Zapata y Teocelo, quienes ya han registrado sus viveros para hacer una producción de plantas por la vía legal.
“Tenemos que cumplir nuestra misión, por un lado, propagando las especies que están amenazadas y, por el otros, brindarles alternativas a los productores locales, quienes tienen un acercamiento porque desean propagar alguna planta, entonces la traen y se realiza la polinización y se lleva el seguimiento hasta que se tengan las semillas en condiciones adecuadas para que se puedan propagar”, expresó.
Otra de las líneas fuertes de este espacio, manifestó, es la vainilla porque se trata de una planta que ha sido utilizada desde el tiempo prehispánico.
Destacó que la mayor parte de las especies que se tienen en resguardo corresponden al Bosque Mesófilo de Montaña, específicamente de los municipios de Coatepec, Xico y Teocelo.
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“Más del 60 por ciento de las especies de orquídeas son del Bosque Mesófilo de Montaña, realmente las del Centro de Veracruz y zonas montañosas son las que tenemos más interés de propagar porque están amenazadas”, manifestó.
BANCO DE GERMOPLASMA
El orquidario tiene el único banco de germoplasma de vainilla in vitro en el país que se encuentra registrado ante la Sader, por lo que se han logrado recursos federales y de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO por sus siglas en inglés).
Este banco, mencionó, cuenta con alrededor de 40 especies de vainilla de Veracruz, Oaxaca, Jalisco y otros estados.
“El objetivo es resguardar todas las variantes de vainilla que existen en México, tenemos un banco de esta orquídea, si alguna especie falta de aquí se puede sacar secciones de planta para poder desarrollarla, además se han hecho híbridos de la planta en la que se saca el extracto y otra que es muy resistente a plagas o enfermedades, hemos tenido muy buenos resultados”, comentó.
PARA EL PROCESO DE RECONOCIMIENTO
Menchaca García indicó que cuando llega una planta se realiza el reconocimiento de la misma, además de que se verifica que tenga un interés ornamental.
Señaló que las orquídeas pueden presentar variaciones por el color, la flor, el aroma o que tiene amplia demanda para ser propagada.
Destacó que primero se realiza un reconocimiento morfológico de la planta y se realizan pruebas moleculares con el apoyo de láminas, revisiones en el microscopio y comparaciones de su estructura.
“Las orquídeas no pueden germinar de manera normal como lo haría un maíz o frijol porque estas especies tienen reserva, por lo que desde que llega una semilla se tiene que germinar en condiciones asépticas, es decir, como en condiciones hospitalarias, por lo que se preparan los frascos con medios de cultivo que cuenta con nutrientes para germine y, por otro lado, los frutos se limpian para extraer las semillas, es un proceso lento, pero se tienen suficientes para la venta”, comentó.
Indicó que el proceso para el desarrollo de las orquídeas es lento, ya que hay especies de adorno que tienen ciclos cortos de dos años a dos años y medio, pero algunas que se encuentran en peligro de extinción pueden demorar hasta 17 años para crecer y florear.
“Una vez que las semillas germinan y van creciendo, se van pasando a otros frascos con medio de cultivo nuevo que puede tener, incluso, otros aditamentos, a veces se les agrega puré de plátano o agua de coco, los cuales son esenciales para el crecimiento de las plantas, después se pasan a macetas para que maduren, tras ello, se llevan al invernadero donde tienen dos vías de salida: se regalan a productores o se reintroducen al campo”, puntualizó.