Con sus 31 hectáreas, el parque ecológico Macuiltépetl no solo es un pulmón verde para Xalapa, los visitantes asiduos a este lugar dicen tenerle cariño y gratitud pues es allí donde pueden pasar momentos de tranquilidad, de alegría y de cuidado de la salud física y mental.
En los últimos días, cuando se habla de la presencia de un coyote, coinciden en estar contentos de saber que comparten espacio con distintas especies de animales, pues les ha tocado ver gran diversidad de insectos, ardillas y distintas aves, especialmente chachalacas.
De acuerdo con los registros, entre semana, el parque recibe diariamente a 300 personas en promedio, y el domingo el número de visitantes aumenta hasta las mil personas, atraídas por una de las islas verdes de una Xalapa cada vez más urbanizada.
No hay quejas para este lugar. Personas consultadas coinciden en que siempre está limpio y hay un ambiente de camaradería, la gran mayoría se saluda y hay quienes no han hecho amistad pero sí se reconocen y sonríen.
Para el mantenimiento y limpieza del sitio hay un grupo de ocho personas, entre ellas Pascual Hernández, quien afirma haber visto al coyote (“Canis latrans”) que encontró casa en el parque ecológico.
“Al coyote lo vi desde el año pasado en un lugar que conocemos como la gravera, lo reporté pero no me creyeron. Lo vi temprano, como a las 7:30, y estaba más pequeño, ya ahorita está bien grandote y se pasea temprano por la pirámide”, dice.
El hombre, quien ha trabajado en el cerro durante 15 años, considera que el coyote vive en solitario pues no ha visto a otros que se puedan diferenciar por su tamaño o color.
Amado Sangabriel, quien también labora en el parque, no ha visto al coyote pero sí es de quienes se alegran y disfrutan estar al aire libre. Él es un observador del comportamiento de las chachalacas.
“Yo las veo como unas gallinitas escandalosas; prefieren estar en la parte baja y en medio; no les gusta tanto la zona más alta”, comparte con escoba en mano pues desde temprano se encarga de retirar la hojarasca para evitar caídas o resbalones.
Entre quienes recorren el lugar desde hace más de 20 años están Érika Ortiz Valdivia y su esposo, Juan Carlos Méndez García, dos xalapeños que desde primera hora inician su caminata.
Del total de los usuarios, la mayoría asiste entre las 7 y 10 de la mañana y entre las 12 y 14 horas, no hay distingo de edad ni de estatus social o económico.
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“Las áreas verdes son maravillosas. Aquí todos cabemos y todos somos bienvenidos. Yo corro todos los días y me resulta muy motivador ver a mis compañeros de camino”, declara Gustavo Sánchez, quien atraviesa la ciudad para llegar al Macuiltépetl.
Temprano también es posible ver a un animado grupo de zumba. Cerca de 40 mujeres de distintas edades se reúnen de lunes a viernes, de 8:15 a 9:15, para escuchar música y ejercitarse sin ningún costo.
Corredores, caminantes y amantes de la naturaleza invitan a conocer el lugar, aprovecharlo para respirar aire limpio y recargarse de buena energía.
Historia
El parque ecológico, ubicado en la colonia Progreso, abre de 7 a 18 horas, los 365 días del año. Se trata de un espacio natural protegido para la conservación de la biodiversidad y mitigación de los efectos del cambio climático.
Desde el 27 de noviembre de 1978 fue declarado “área verde reservada para la recreación y educación ecológica”. Sus altitudes van desde los mil 500 hasta los mil 586 metros sobre el nivel del mar.
El significado de su nombre es "cerro de los 5 picos" y es descrito por los expertos como un cono basáltico de escorias producto de la actividad volcánica ocurrida hace unos 80 mil años.
Información abierta compartida en el propio parque indica que fue a principios de 1940 cuando se iniciaron los trabajos de reforestación; en aquel entonces fueron plantados 12 mil árboles de casuarina y eucalipto, que no son nativos sino especies de origen australiano que gozaron de gran popularidad para recuperar zonas deforestadas.
Además de estos, en 1970 ya fueron plantados árboles de origen regional como encinos, marangola, liquidámbar, palo blanco, haya, ixpepe, ciprés, olmo, palo gusano, jinicuil, pinos y cedro.
Actualmente se puede apreciar un "bosque natural" sin serlo; hay también árboles de origen exótico como hule, ficus, laurel de la india y palmas de varias especies, además de elementos arbustivos y herbáceo utilizados en jardinería ornamental.
Este parque, afirman los científicos encargados de la presentación del lugar, “provee de servicios ecosistémicos y ambientales invaluables no solo a la ciudad sino a todo la zona conurbada”.