Hoy, se conmemora el Día Nacional del Ajolote, con la intención de difundir su importancia en los ecosistemas de país. Se encuentra en la lista de especies en riesgo, en la categoría de sujetas a protección especial por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza.
Y se le incluye en el apéndice II de la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES).
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En México se distribuyen 17 especies del género Ambystoma. A la mayoría se le da el nombre común de ajolote.
La Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural, a través del Instituto Nacional de Pesca y Acuacultura (Inapesca), brinda asesoría técnica y científica a la comunidad purépecha de San Jerónimo Purenchécuaro, en la ribera del Lago de Pátzcuaro, para recuperar la población de ajolote o achoque como le dicen en la región.
Esta especie, cuyo nombre proviene del término “achójki” en lengua purépecha, es endémica en Michoacán. El proyecto ”Conservación de especies nativas en peligro de extinción” se desarrolla en la comunidad de Quiroga. Lo financia el Instituto Nacional de los Pueblos Indígenas y lo coordinan y administran los habitantes de San Jerónimo.
Andrés Arellano Torres del Centro Regional de Investigación Acuícola y Pesquera (CRIAP), explicó que el propósito es establecer una unidad de manejo sostenible para las especies endémicas y nativas amenazadas como el pez acúmara y el achoque o ajolote.
Es una de las cinco especies dentro del género Ambystoma y en el Lago de Pátzcuaro y juega un papel, como indicador de la condición de ambiente y controla las poblaciones de insectos y crustáceos, porque es un carnívoro depredador.
Esta especie mantiene un alto valor nutritivo, económico y social dentro de la cultura purépecha. Desde épocas prehispánicas al ajolote se utiliza como fuente de alimento, de medicamentos contra enfermedades respiratorias y anemia y suplementos de energía para niños, adultos mayores y mujeres en período de lactancia.
Respecto a su supervivencia, el achoque se enfrenta a problemas de contaminación, destrucción y modificación de su hábitat. Además de la introducción de especies exóticas y con ellas, parásitos, enfermedades y competencia trófica.
Todo lo anterior provoca que sus poblaciones naturales disminuyan drásticamente.
La comunidad de San Jerónimo Purenchécuaro tiene las condiciones físico-químicas favorables para el crecimiento y reproducción de estos organismos acuáticos, como un canal y estanque rústico, a la orilla de esa cuenca hídrica, que son ideales para instalar la Unidad de Manejo controlado para la conservación de la vida silvestre del achoque.
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La estrategia de conservación ex situ, consiste en colectar los huevos, que de manera incidental quedan adheridos a las redes de pesca del lago de Pátzcuaro y después se trasladarán a la Unidad de Conservación, para un correcto desarrollo hasta su eclosión y después, las larvas se llevarán a canales para su aclimatación en las aguas del lago.
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