El lenguaje corporal de los perros no siempre se interpreta correctamente. "Puede pasar rápidamente del juego a ponerse agresivos", explica la especialista alemana en comportamiento animal, Dorit Feddersen-Petersen.
"Errores en la interpretación del comportamiento de los perros es una de las causas de accidentes más frecuentes", confirma la bióloga y miembro de la Asociación de Instructores de Perros (bhv), Ariane Ullrich.
Un comportamiento típico es el movimiento de la cola. En contra de la creencia más extendida, no siempre es una señal amistosa o de alegría.
"En primer lugar significa excitación", señala Ullrich. "Y ésta puede ser tanto positiva como expresar tensión", agrega.
Una señal que puede indicar peligrosidad es cuando el cuerpo, orejas y hocico del perro están dirigidos hacia adelante. Y si además emite un gruñido significa que está a punto de atacar.
"El ataque inminente puede manifestarse también cuando eleva la cola y la balancea suavemente. Además las orejas se orientan hacia el frente o hacia atrás dependiendo de la raza, y el cuerpo está tensionado. Asimismo levanta los belfos mostrando los dientes, gruñe y clava la vista en su oponente", indica la vaterinaria Katrin Umlauf.
En tanto, un perro que está con ganas de jugar es inofensivo. "Si hace movimientos y gestos exagerados, mueve mucho la cola, tiene los ojos y la boca bien abiertos, y además inclina la parte delantera del cuerpo significa que al menos en ese momento lo único que quiere es jugar", añade Umlauf.